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Reacción de campeón del mejor Valencia

Betis 2 - Valencia 2. Dentro de un toma y daca constante, el cuadro de Marcelino se postula como favorito para volver a una final once añlos después.

Cheryshev completó un gran partido

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Elaboración contra orden

En torno a esos precisos términos y la fidelidad de cada uno de los conjuntos a sus estilos de juego discurrió la batalla de los primeros 45 minutos. Una primera mitad que fue tomando temperatura a medida que avanzaba, y en la que el Valencia sería el primero en imponer sus credenciales. Con dos líneas de cuatro unidas para no dejar espacio para que la calidad de los mediapuntas verdiblancos Lo Celso y Canales apareciera entre ellas, los de Marcelino demostraban saber interpretar el choque.

La capacidad de despliegue ofensivo valencianista tras recuperación - la posesión, como así estaba escrito, era patrimonio bético - se empezaba a manifestar para traducirse en una doble ocasión, en la que primero Rodrigo ponía a prueba los reflejos de Joel Robles mediante un remate al primer toque en boca de gol. El saque de esquina consiguiente también sería desbaratado por el arquero local pese al buen cabezazo de Santi Mina en segunda jugada.

Precisamente de hasta cinco lanzamientos de córner dispondría en este primer acto un cuadro che que, por momentos, maniataba el habitual fútbol creativo bético, a través del cual sólo Guardado inquietó la meta visitante con un remate excesivamente cruzado hasta el último minuto del periodo inicial. No obstante, en el primer tiro de esquina que los andaluces botaron llegó la consecuencia a efectos de marcador. El ex valencianista Canales se perfilaba hacía el centro hasta encontrar con su zurda de seda la rosca perfecta que permitiría a Sidnei cabecear un esférico que Loren Morón impulsaba al fondo de la red en posición franca, también por medio de la testa, y sin que Jaume pudiera intervenir. El 1-0, a escasos instantes del intervalo, en otros tiempo hubiera supuesto un duro golpe para un cuadro de Marcelino que mereció enfilar los vestuarios con algo más... pero muchas cuestiones han cambiado durante las semanas precedentes.

Joaquín echa por tierra la buena puesta en escena del Valencia

Pese a que Santi Mina no anduvo lejos de materializar ante Joel un gran servicio de Rodrigo que daba muestra de la voracidad con la que los valencianistas habían retomado el encuentro, el mazazo iba a aparecer pronto... y de la manera más inesperada. El segundo lanzamiento de esquina verdiblanco en el partido se convertiría de la misma manera en tanto, y sucedería por obra y gracia del tan veterano como genial Joaquín Sánchez, quien cerró lo suficiente su centro chut para que la tardía reacción de Jaume no evitara que a los 10 minutos de la reanudación la montaña a escalar para el Valencia CF ya fuera casi de proporciones bíblicas. El VAR corroboraba un gol que provocaba que la reacción se viera muy lejana... casi una utopía.

Kevin Gameiro, un revulsivo que bien vale medio billete para la final

Tras acusar el golpe en forma de un aturdimiento que Carlos Soler iba a ejemplificar con una entrada por detrás que a punto estuvo de costarle la expulsión, la actual versión valencianista demostró estar forjada por una mentalidad pétrea. Marcelino acertaba en la inclusión, en el fragor de una batalla que aún no estaba ni muchos menos decantada, de los galos Kondogbia y Gameiro; y si bien el jugador con también pasaporte centroafricano dotaba de mucha más consistencia a la parcela ancha, la mayor parte de la reacción cabe atribuírsela al punta ex atlético. Su garra a la hora de apretar arriba la salida de balón local contagiaba al resto, y pronto Parejo culminó una recuperación para que posteriormente Rodrigo le habilitara, poniendo Kevin un preciso centro a la cabeza de Cheryshev que el ruso aprovechó a las mil maravillas (2-1 min. 70).

Desde ese instante el Betis se encontró repentinamente con un nuevo elemento sobre el césped que sería incapaz de descifrar. Prueba de ello fue el balón que él solito robó a la defensa al sacar rédito del nerviosismo que la zaga verdiblanca empezaba a acumular, y con el cual temporizó para esperar la llegada de un Cheryshev que bien pudo firmar, seguramente por primera vez en su carrera, un partido con dos tantos en sendos remates de cabeza de no mediar el travesaño para impedirlo. Faltaban sólo dos minutos de tiempo regular y el Valencia no dejaba de oler la sangre.

Sin embargo, otro descuento copero para el recuerdo iba a propiciar el éxtasis. Rodrigo, brillante en el juego combinativo toda la noche, servía el cuero que Gameiro necesitaba para rubricar su memorable media hora al batir por bajo a Joel ante su desesperada salida. Lo suficiente para poner de cara la eliminatoria. Lo más justo a tenor de los merecimientos ches en otro gran partido con reacción de carácter incluida. Ya sólo falta que Mestalla dicte la sentencia definitiva.

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