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La ciudad no es para mí. Releitor

Con la pronunciación inglesa, “releitor”, es como de villano de cómic o de película. No me extraña que el lendakari y el expodemita catalán se autodescolgaran.

La ciudad no es para mí. Releitor

Publicado por
JM Felix

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Pensarán, con razón, que todo está dicho en torno a la palabrita de moda –aunque efímera- pero no me resisto a compartir mis notas iniciales, tras la perplejidad de la novísima ocurrencia de la pandilla en el gobierno. Que si “como en un congreso”, que si como un notario, que si Urkullu o Domenech.

Desde las palabras gruesas –sobreactuadas tal vez- de Casado hasta las más lacerantes de Guerra, sentenciadas un día después por Felipe (nótese que vuelve a ser Felipe). Desde el desconcierto de Page al titubeo característico de Puig, o el asombro de los viejos barones. Hasta la viñeta póstuma de Forges que sintetiza todos los memes, desde los más ingeniosos hasta los más procaces.

Y los corifeos podemitas satisfechos: diálogo, más diálogo y, no lo olviden, referendum pactado. Que para madera, más madera, ya está Errejón.

Los otros a lo suyo: mediador internacional y prucés y más prucés. Erre, erre (esta vez sin jón, aunque cerquita, Carmena mediante). Y con los presupuestos imposibles por en medio, “la pela es la pela”.

Pobre Sánchez.

Con lo guapo que está en el “Manual de Residencia” y el tamaño de su autoestima fotografiada en portada. Al cuidado de la exUPD Irene Lozano, hoy Secretaria de Estado con la Marca España (¡ay, esta España mía). Un pago más.

Tenía otra nota obvia, relacionando relator con relato. Y esta sí que es palabra estomagante del español contemporáneo. Pa mí que el relato es un cuento, una fantasía, o un rollo. Que los hechos se registran y se documentan, se estudian y se narran. Déjense de relatos … y de relatores.

Con la pronunciación inglesa, “releitor”, es como de villano de cómic o de película. No me extraña que el lendakari y el expodemita catalán se autodescolgaran rápidos de las alocadas y divertidas quinielas espontáneas. Jodidos se han quedado los vultúridos aspirantes a “mediador internacional”.

Con el desparpajo habitual de la pandilla –son como niños- se han desayunado con “que dónde hay constitución no cabe autodeterminación”. Y a hacer puñetas la negociación (todo terminado en ón, pero sin Errej). Ah, y la manifestación de Colón con Valls, ese español imprescindible ...

Apenas unos días antes el magistrado Manuel Marchena dio una lección a los abogados de los políticos presos que querían cinco observadores en la sesiones, decidiendo que sean televisadas en tiempo real y en abierto. “Sano elemento de fiscalización del ejercicio democrático de la función jurisdiccional” lo llamó con precisión y acierto.

La analogía no sirve porque, de haberse producido el encuentro, su retransmisión en streaming hubiera resultado un reallity del peor gusto. Y porque no hay nada que inventar: está el Congreso. Ya se sabe.

Cuando escribo, ha reculado una vez más el antiguo jugador de baloncesto. Lástima que esta vez no podrá pedir tiempo muerto a Pepu Hernández, ocupado en ocupar la Alcaldía de Madrid.

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