El Levante no supera el examen del balón parado en Vitoria
Alavés 2 - Levante 0. El cuadro granota, muy mermado por las bajas, acaba pagando su falta de contundencia en ambas áreas.
El balón parado, diferencial
De hasta 9 saques de esquina, por sólo tres de los locales, disfrutaron los granotas en Mendizorroza. Sin embargo, en el primero botado por los babazorros el central maño Laguardia retrataba a dos de los hombres más desafortunados hoy dentro de la revolucionaría - por estricta obligación en este caso - alineación granota: Doukoure con su debilidad en el salto y las dudas de Aitor en su media salida se convertían en factores determinantes para que el CD Alavés pudiera jugar ya a favor de obra y como más es de su agrado desde el ecuador del primer acto. Así pues el conjunto de Abelardo volvía, una vez más, a demostrar el porqué de su condición de máximo goleador de LaLiga en jugadas a pelota parada y, de la misma forma, tantos obtenidos a través de remates de cabeza.
Por contra y pese a que el Levante continuó botando córners durante el segundo tiempo, éstos no entrañaban gran peligro para la sólida retaguardia alavesista, incluso pese a alguna indecisión de su guardameta Pacheco. También en ese tipo de suerte se notaba la ausencia de hombres como Rochina o Campaña en los centros.
Paco López, con lo puesto
Ante la plaga de bajas que asola al conjunto granota, el técnico de Silla optó por variar el sistema levantinista habitual para volver a instaurar el 4-4-2 que imperó durante el primer mes de competición. No obstante, la presencia de un mediocampo experimental era, indefectiblemente, una concesión excesiva frente a un rival de la talla del vitoriano. Con Moses y Jason perdidos por los costados, lo peor llegaba, de todos modos, en la posición destinada a ejercer de sostenes del equipo por delante de la defensa. Si bien el inoperante Vukcevic completaba otro encuentro para olvidar que comportaba su sustitución, lo peor hay que buscarlo en la actuación de un hombre clave - eso sí, para los locales - en la noche de hoy: el marfileño Cheik Doukoure.
El Alavés, como siempre optimizando sus recursos
Mucho se ha hablado del "competitivo" fútbol del que hace gala el CD Getafe. Pues bien, los alavesistas poco les van a la zaga como se ha podido comprobar a lo largo de un segundo tiempo en el que la premisa de cortar en falta cualquier avance granota se convirtió poco menos que en dogma de fe para el mediocampo local. Pina, Brasanac o el durísimo Wakaso impedían de esa manera que el Levante alcanzara zonas de disparo permanentemente, algo a lo que cabría unir la falta de hombres de creación en la medular visitante debido a las consabidas ausencias, y que terminó por devenir en una total falta de oportunidades para el empate. Finalmente, Jony sacaba provecho de un incomprensible error de Doukoure en la cesión ya en el descuento para matar el choque... si es que no estaba muerto desde bastante antes.