Las claves que avalan la gran gestión del Levante UD
Muchos y de índole de lo más diversa son los aspectos que ayudan a entender mejor el incesante crecimiento económico de la entidad granota en la última década. Los repasamos a continuación.
El axioma de que cualquier óptima marcha dentro del plano deportivo viene, de forma indefectible, íntimamente relacionada con la suficiente dosis de estabilidad dentro de los parámetros económicos, institucionales y de gestión resulta especialmente paradigmático en el seno del actual Levante UD; algo que no se podría comprender del todo sin citar cada una de las conquistas alcanzadas a lo largo de ésta la década prodigiosa del levantinismo.
La quiebra del 2008, sólo una lejana pesadilla
En primer lugar y de forma fundamental, cabe retroceder más de diez años en el tiempo. Justo hasta la postrera época de Pedro Villarroel, aquella en la que el peligro de quiebra y/o liquidación en torno a la entidad obligó a la misma a proceder a la entrada en un concurso de acreedores a través del cual la deuda ha venido decreciendo exponencialmente. Y es que aquellos más de 88 millones que se adeudaban en 2008 han pasado a ser 16 - además refinanciados en cómodos plazos hasta 2034 -, y todo ello mediante la, por un lado, necesaria política austera siempre acompañada, en este caso, de sólidas - y en muchos de los casos novedosas - fuentes de ingresos.
Ingresos de TV
Resulta obvio que un concepto como el que nos ocupa debe de llevar aparejada la permanencia del club en Primera División, siendo esto algo que el Levante UD ha logrado en ocho de sus nueve últimas campañas. Los poco más de 2 millones obtenidos en base a ello en 2009-10 han pasado a la nada desdeñable cifra de 47.9 en el curso actual, dentro de una permanente línea ascendente únicamente truncada hace dos temporadas por el descenso - 20 millones de ingresos -. Así pues, corroborar una vez más la salvación - se está en el buen camino - vuelve a antojarse primordial.
Récord de abonados
La estabilidad en la Liga Santander y las acertadas campañas de abonos. Sólo desde estos dos puntos de vista se explica que el Levante UD haya conseguido en diez años multiplicar por más de tres su número de abonados, pasando de 7.200 a la otrora quimérica cifra de 22.500 que presenta en la actualidad como masa social.
A la altura de los grandes en ventas de jugadores
Probablemente, éste sea el aspecto fundamental a la hora de calibrar el crecimiento de un club. Bien lo sabe, sin ir más lejos, un Sevilla FC que terminó hace no mucho por convertirse en la envidia de todos al formalizar con los más poderosos transacciones como las de Sergio Ramos, Baptista o Dani Alves. Una década después, es el Levante el que ya ha probado el sabor de los pingües beneficios que conlleva el hecho de recibir el dinero fresco de la Premier League - Jefferson Lerma -; del propio Real Madrid - Keylor Navas -; o más recientemente del pujante fútbol chino, con Emmanuel Boateng traspasado finalmente por 11 millones de euros.
Posibilidad de acometer ilusionantes proyectos
25 millones en dos fases. En torno a dicha cifra fijará el Levante UD el coste de tener un estadio de nivel internacional. Una primera fase destinada a la cubierta y la iluminación, y una segunda enfocada a la facilidad para la retransmisión televisiva desde todos los ángulos y la proliferación de zonas VIP serán las vertientes desde las cuales la entidad presidida por Quico Catalán pondrá en marcha otro de sus planes, siempre con el objetivo de alcanzar una aún mayor rentabilidad futura.
La no menos importante Ciudad Deportiva de Nazaret se prevé pueda suponer un coste de entre 15 y 17 millones; eso sí, bien justificados por todos los expertos a la hora de dotar de todas las comodidades a un fútbol base cada vez más prometedor; a la vez que se espera que juegue un papel que redunde en la vertebración e identificación del club para con sus seguidores.