El Valencia se lanza a por la Champions

Sin dejar margen a las coartadas que del esfuerzo del pasado jueves y la posterior celebración se podían derivar, el cuadro de Marcelino comenzó llevando el mando desde el principio. Y lo hizo frente al conjunto que, a diferencia de lo que ocurría en la primera vuelta, se ha venido postulando como uno de los más en forma durante las últimas semanas, tal vez el que más. No obstante y pese a sus también aspiraciones europeas de nuevo cuño, el Athletic de Bilbao abandonó Mestalla sin remate alguno entre los tres palos que llevarse en el zurrón.

A pesar de no ser un primer periodo excesivamente pródigo en acciones de ataque, los laterales valencianistas Gayá y Wass lo probaron desde fuera del área con sendos remates ligeramente desviados, dando una idea de la profundidad que los pupilos de Marcelino eran capaces de alcanzar por banda. Diakhaby fue quien gozó de la mejor oportunidad, abortando el meta vasco Herrerín un intento suyo en boca de gol después de un centro de Parejo en la segunda jugada de un saque de esquina. Por parte visitante, únicamente Raúl García inquietó mínimamente el marco local, saliendo su lanzamiento desde la frontal por encima de los dominios de Neto y dentro de un bagaje ofensivo que, para su desgracia, poco o nada iba a variar en el segundo acto.

Lo que sí cambio y de forma exponencial tras el paso por los vestuarios fue el acierto valencianista. Una combinación iniciada por Ferran Torres permitía, tras inversión de lado del esférico, que Gayá y Cheryshev participaran por el costado derecho como antesala de la pared que Santi Mina y Rodrigo perpetraron al borde del área; la devolución de cabeza del gallego posibilitaba que la jugada fuera cobrando peligro, pero fue el punta hispano-brasileño quien, por medio de una fantástica volea, alojó violentamente el cuero en el lado derecho del marco defendido por Herrerín. La contundencia de su golpeó - realizado además con la menos buena de sus piernas, la derecha - nos sitúa ante el golazo de la jornada y, probablemente, uno de los mejores también en lo que va de campaña.

Por si fuera poco, la obra de arte de Rodrigo cuando sólo se habían consumido tres minutos de la reanudación colocaba al Valencia CF frente a uno de sus escenarios idílicos: el de poder maniobrar al contragolpe. Cuestión que iba a ser aprovechada ya en las postrimerías y para lo que resultó clave el enésimo robo en la medular de Kondogbia. Guedes aceptaría de buen grado el guante para servir a Carlos Soler en profundidad y que éste buscara mediante su preciso envío al corazón del área la posición de un Kevin Gameiro que únicamente iba atener que empujar al cuero con destino a las mallas visitantes.

Así pues, ya en las postrimerías salía a relucir otro de los hechos diferenciales de este nuevo Valencia CF: los tres hombres que fabricaron el 2-0 definitivo salieron al terreno de juego de refresco, dando una idea de la buena gestión de su plantel que Marcelino viene llevando a cabo a lo largo de las últimas semanas.

Sólo de esa manera, con más de 15 futbolistas enchufados y en la dinámica adecuada, resultará posible alcanzar objetivos que de casi utópicos podían ser catalogados jornadas atrás. Una buena muestra de cómo se puede empezar a descabalgar al Getafe de su actual plaza Champions en su cercana visita a Mestalla coincidente con el fin de semana de la centenaria onomástica valencianista