Las redes sociales hierven por los niños asesinados en Godella y Oltra calla
La vicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, no se pronuncia al respecto. La alcaldesa y el Ayuntamiento de la localidad, tampoco.
En la frontera de los términos municipales de Godella y Rocafort, en una zona arbolada y descuidada a unos pocos metros de los adosados de clase media-alta de la elitista urbanización Santa Bárbara y el colegio privado británico 'Cambridge House Comunity College', malvivían María Gumbao y Gabriel Salvador.
Recogían agua con garrafas de una fuente cercana, trataban de arreglar el chalé abandonado que okupaban de manera irregular, llevaban a su hijo Amiel al colegio en carro o en una bicicleta, Gabriel vivía de empleos precarios en la hostelería, y la familia entera de ayudas que recibían de vecinos y asociaciones benéficas de su entorno.
Consecuencia de ello, las redes sociales se lamentan desde que ocurrió el suceso ¿por qué no se retiró a tiempo la custodia a estos padres? ¿Habrá una investigación sobre ello?.
Así lo comenta, por ejemplo, en su cuenta de Twitter, la concejal del Ayuntamiento de Valencia Mª Dolores Jiménez Díaz.
Pero también decenas de ciudadanos de a pie.
La abuela de los niños y madre de la detenida reclamó la custodia de sus nietos. Lo intentó por todos los medios pero no lo consiguió. La insalubridad del sitio donde vivían y las malas condiciones que sufrían los pequeños no le sirvieron a la abuela para quedarse con la custodia.
El delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, informaba a última hora de la noche del jueves de que la madre no había dejado que repetir que los niños “tenían que resucitar” y de que los cadáveres habían sido levantados judicialmente. La frase de la supuesta parricida es todo un signo de su estado mental. Fulgencio daba casi por descartado que se tratase un caso de violencia de género.
Los servicios sociales habían abierto un expediente por posibles desequilibrios piscológicos de los progenitores y la falta de cuidado a los menores, lo que podía conllevar la retirada de la custodia. Incluso, el Ayuntamiento de Godella había informado a Servicios Sociales de la situación de estos niños, pero este viernes, la vicepresidenta Mónica Oltra, en la rueda de prensa del Consell y atavida con pañuelo fallero al cuello, tampoco se ha querido pronunciar al respecto "por la investigación que está siguiendo el caso y porque hay menores de por medio".
Oltra ha asegurado, que "como siempre que ocurre un hecho grave", su departamento hará un "repaso de todo los que han sido las intervenciones" hasta la fecha.
En este sentido, ha explicado que "se está investigando todo lo que ha sido el itinerario -que ha seguido esta familia- y cuando se tengan datos que se puedan poner sobre la mesa se pondrán sobre la mesa", ya que existe un protocolo en el que "hay varios agentes que intervienen" como los servicios sociales de Ayuntamientos y cuando un caso reviste una gravedad suficiente para que Conselleria intervenga se interviene directamente, tanto servicios de base como la dirección general".
Amiel, de tres años de edad, no iba al colegio desde febrero. Algunos vecinos atribuyen a ese cóctel, sumado a la ausencia de recursos económicos propios, la enajenación psicológica que condujo al asesinato. “Tendrían que haber entregado a los niños, se habrían hecho cargo de ellos”, manifestaba una persona que los conocía. La pareja había comentado a algunos conocidos que planeaba instalarse en Mora de Rubielos (Teruel) en busca de otras oportunidades.
Hasta el momento, ni la alcaldesa de Godella, Eva Sanchis Bargues (de Compromís), ni la vicepresidenta del Gobierno y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, (líder de Compromís) se han pronunciado al respecto. Los Ayuntamientos de Godella y Rocafort se han limitado a decretar tres días de luto por la muerte de los niños, pero tampoco se han pronunciado sobre el problema de la custodia.
Hija de una familia acomodada de Rocafort, María Gombau quiso ser una rebelde y vivir como tal. Fue detenida en 2011 tras participar en una manifestación en Valencia en los primeros movimientos sociales del 15-M. Ella misma colgó su foto con las esposas y custodiada por un policía nacional en su perfil de Facebook.
Fue condenada en primer instancia por resistencia a la autoridad, pero recurrió. Cumplió su pena haciendo trabajos sociales en Rocafort, donde reside su familia en una de esas casas unifamiliares.
Del padre de los niños asesinados se ha sabido también que tenía una cuenta de YouTube y hace apenas un par de semanas había subido un vídeo, bajo el título “La magia está en el no pecar” en el que se le puede ver tocando la guitarra y cantando estrofas muy llamativas. En una de ellas se le escucha decir “Los cuentos siempre acaban bien, pero la magia está en el no pecar”.
Ahora, la autopsia determinará las causas y la hora de la muerte de los niños. Mientras tanto, la sociedad sigue sin dar crédito al suceso, y los vecinos de las zonas más cercanas siguen especulando con los problemas psiquiátricos de los padres, con una paranoia derivada del consumo de drogas y con cómo la locura pudo desembocar en ese trágico y cruel suceso.