Valencia Basket paga cara su ternura defensiva
Fuenlabrada 94 - Valencia Basket 89. En un choque iniciado con más de una hora de retraso, el cuadro taronja purga sus pecados. Sobre todo, aquellos que tienen que ver con la mala defensa.
Más de uno se habrá preguntado si la imperdonable laxitud defensiva con los de Ponsarnau guarda relación con el retraso de un choque que nos llevó prácticamente hasta la medianoche del sábado. Realmente imposible resultará ya determinar si fue mayor la falta de destreza de los operarios fuenlabreños a la hora de solucionar el desaguisado del tablero roto; o bien la ausencia de unas prestaciones mínimamente aceptables por parte de los valencianos en el apartado defensivo.
Una vez solventado el primero de los factores merecedores de sonrojo, el segundo cobraba vigencia, eso sí, una hora y cuarto después. No parecieron las huestes taronja, tal vez aletargadas por la espera, darse cuentade que el balón se había lanzado al aire. Los 27 puntos encajados en primer cuarto simbolizaban la primera muesca de un guion que, por desgracia, ya no variaría.
Aunque no es menos cierto que el talento ofensivo de Valencia Basket permitía aguantar un pulso anotador propio del Lejano Oeste, la falta de actitud y compromiso en la parcela de atrás termina deviniendo en indefectibles consecuencias negativas. Y si los taronja aguantaban el ritmo encestador - incluso se fueron con una ventaja de 46-52 a los vestuarios - era porque, la gran versión de su juego con la que Fernando San Emeterio viene apuntando en las últimas semanas alcanzaba su máxima expresión. Cuatro triples del cántabro y la aparición de Dubljevic y Will Thomas en la pintura hicieron que la creencia en una victoria con la ley del mínimo esfuerzo flotara por el feudo fuenlabreño. Craso error.
Pese a que un espejismo consustancial únicamente a un partido de tan extrañas características como éste propiciaba que los taronja coquetearan con la ruptura del mismo al alcanzar diferencias en torno a la decena, todos los defectos en defensa volvieron a confluir desde el final de un tercer periodo que ya no hacía presagiar nada positivo. Más bien al contrario.
Jugadores hábiles en el manejo del balón y dotados para el uno contra uno como Rowland, Pako Cruz o Eyenga no dejaban de hallar caminos hacia el aro taronja sin que ninguna diferente disposición en torno a su entramado defensivo tratara de evitarlo. Pero si la sangría en ese tipo de acciones, tan vitales siempre en este deporte, no era aún suficiente para decantar el choque del lado local; el complemento perfecto en forma de continuaciones hacia el aro lo ponía un Slava Kravtsov que, por momentos, se asemejaba a Joel Embiid o Anthony Davis.
Al igual que esas acciones de 1X1, cualquier situación del ucraniano, ya fuera a través de pick&roll o pick&slip era contemplada por los valencianos con el ensimismamiento propio de quien está con la mente en otra parte, hasta de esa manera contribuir a que el pivot ex taronja alcanzara su mejor anotación de la temporada.
Y, como todo aquello que va mal es susceptible de poder empeorar, un par de rebotes perdidos en su propio aro y sendas ayudas excesivamente largas sin posibilidad de recuperación, daban una más que merecida puntilla a los de Ponsarnau. Marko Popovic, por supuesto para ajusticiar, no iba a dejar de hacer aprecio frente a unos regalos que pueden costar muy caros a Valencia Basket en su lucha en pos de la conquista de la cuarta plaza.
94 - Montakit Fuenlabrada (27+19+17+31): Rowland (14), Cruz (21), Eyenga (13), O'Leary (4), González (2) -cinco titular- Popovic (8), Rupnik (-), Bellas (-), Marc García (4), Clark (9) y Kravtsov (19).
89 - Valencia Basket (27+25+16+21): Van Rossom (6), Sastre (5), San Emeterio (16), Will Thomas (10), Dubljevic (13) -cinco titular- Sergi García (-), Labeyrie (2), Matt Thomas (12), Vives (3), Doornekamp (10), Rafa Martínez (5), y Tobey (7).
Árbitros: Benjamín, Sánchez Mohedas y García Ortiz. Sin eliminados.