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Elvira Graullera: "Hay que sacrificar la inmediatez por la confirmación"

Acaba de recibir de sus compañeros de profesión el Premio a la trayectoria periodística. Mantiene que el futuro de la profesión está en los medios audiovisuales.

Elvira Graullera

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A. Errazu

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Los periodistas vivimos acuciados por el tiempo. La sociedad nos impone o, tal vez, nos imponemos una velocidad incompatible en ocasiones con la reflexión. Todo es cada vez más complejo y hay que resumirlo en un titular atractivo y a ser posible con pocos caracteres. Elvira Graullera, que acaba de recibir el X Premio de Periodismo del CSIF, reflexiona sobre el presente y futuro de los comunicadores y de los medios. Como dijo Bertolt Brecht: “Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.

- ¿Echa de menos una información responsable?

En los medios tradicionales serios, digamos, siempre se intenta ser responsable porque, al final, te juegas la credibilidad y la estabilidad del medio de comunicación en un futuro. Pero, es cierto, que con la irrupción de tantos ‘pseudomedios’ y de fake news hace que la rapidez con la que vamos todos a veces se pierda un poco la perspectiva y se publiquen cosas que no deberían publicarse. Todos hemos visto algunos errores gordos en medios importantes, no lo vamos a negar.

El caso de las agencias es diferente, porque una de las reglas que tenemos es la obligación de confirmar todo y, a veces, tenemos que sacrificar la inmediatez, la rapidez, por la confirmación exacta de las cosas. Y yo creo que eso es un papel muy importante que tenemos que desempeñar ahora en este momento y que los medios nos agradecen mucho que seamos muy escrupulosos comprobando la noticia porque, al final, lo que nosotros hacemos es transmitir las informaciones a

muchos medios más y podemos amplificar los errores.

Precisamente, si alguna vez hemos metido la pata, porque a veces así ha sido, hemos rectificado inmediatamente por la repercusión que tiene de cara al resto de medios el trabajo de una agencia de noticias.

- ¿Los medios de comunicación están en crisis permanente? ¿Cuál su percepción?

Lo veo complicado en el aspecto de rentabilidad económica. Veo un proceso de evolución en cuanto a que cada uno ocupa un lugar para asentarse y, por lo que decía sobre que la rapidez en las nuevas tecnologías – que, a veces, no son las mejores aliadas-, lo están perjudicando de una manera seria y veraz. Se están buscando otras fórmulas de financiación que yo creo que van siendo más efectivas. Se están fomentando otras actividades que sí que se habían hecho antes, como encuentros con patrocinadores, que, digamos, están dando una inyección económica diferente a la venta de periódicos en papel –que está claro que está bajando tremendamente- y a internet, que no está revirtiendo económicamente con cifras.

Creo que los próximos años no serán de unos impactos publicitarios como los de antes que te hacían tener una economía solvente, aunque se están encontrando otras fórmulas nuevas.

Se van a tener que ir buscando la manera de conjugar lo que es ver la televisión tradicional con una televisión a la carta. Sabemos que si mueves un vídeo en Internet puedes tener muchos más visionados de los que puedes tener con la tele tradicional.

-Las empresas han hecho una apuesta por el periodismo "joven". ¿La calidad se está resistiendo?

Eso supone perder parte de la memoria histórica de los asuntos del periodismo. Puede que se pierda calidad. Es cierto que todos hemos tenido nuestro pasado joven y mucha menos experiencia de la que tenemos ahora, pero también es verdad que, hoy en día, hay muchas más herramientas para contrastar una determinada información de las que teníamos antes. Hoy, en Internet, puedes buscar cualquier cosa y enseguida tienes información que, a lo mejor, antes solo la tenías de personas que se dedicaban a la profesión.

- ¿Y los medios audiovisuales?

Los medios audiovisuales también están sufriendo una evolución por las plataformas que hay ahora y por el visionado a través de otros sistemas que no son la parte del “aparato televisor”, propiamente dicho. Por tanto, se van a tener que ir buscando también la manera de conjugar lo que es ver la televisión tradicional, combinándola con un contenido de programas en los que se pueda tener una televisión a la carta porque, hoy en día, sabemos que si mueves un vídeo en Internet puedes tener muchos más visionados de los que puedes tener con la tele tradicional.

No obstante, pienso que todos los medios audiovisuales son ahora los que más futuro tienen.

-Quedan un mes para las elecciones, ¿cómo ve el mapa político?

La veo con incertidumbre total. Puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Lo que ahora digamos que parece que puede ser posible –y la prueba la tenemos en Andalucía, donde pocos se esperaban el resultado que se consiguió-, luego puede haber factores inesperados que hagan cambiar absolutamente todo.

La clave está en saber definir muy bien lo que se propone a los ciudadanos porque las personas votan, dentro de su espectro ideológico, a golpe de titular.

-Eso antes no ocurría.

Antes había bloques más claros, pero ahora al estar tan diferenciados los bloques derechas e izquierdas, los resultados entre unos partidos y otros pueden variar mucho más.

-¿Es porque estamos también en una sociedad muy líquida?

Sí, pero también porque la clave está en saber definir muy bien lo que se propone a los ciudadanos porque las personas votan, dentro de su espectro ideológico, a golpe de titular. Pocas personas de verdad leen el programa y, por tanto, hay que tener mensajes muy claros para atraer al potencial electorado y, después, saber movilizarlo. Yo creo que esa es la clave.

- Da la impresión de que todo va muy rápido, es cierto, pero tampoco hay muchos cambios en los mensajes reales de los partidos ¿no?

Hay cambios en cuanto que, al haber muchos más partidos políticos, te tienes que definir mucho más para diferenciarte de los otros partidos. Entonces, la clave está encontrar el resorte que haga que te voten a ti, en lugar de al de al lado. Es decir, que si te ofrecen algo muy parecido, tenga realmente ciertas diferencias.

-¿Y la marca? Es decir ¿el envase, aporta o no aporta?

Tradicionalmente había votantes, digamos, socialistas históricos que siempre iban a votar al PSOE, también es verdad que ahora hay formaciones nuevas –como Podemos, Ciudadanos o Vox- en las que sí influye mucho la marca y esos partidos, en lugares donde no hay casi estructura del partido, sacan votos por la marca. Muchos votantes, en la elecciones municipales y en las autonómicas, cuando van a votar piensan en los candidatos nacionales.

La mayoría de la gente se informa a través de plataformas tecnológicas –Twitter, Facebook, WhatsApp, etc.- y creo que no leen más que el titular y el primer párrafo. Por tanto, tienes que acertar mucho en cómo haces el titular.

-Esto también es por la influencia tecnológica ¿no? Puede haber partidos con marca, pero sin estructura ni candidatos, que tienen que recurrir a “paracaidistas” para llenar listas. ¿Qué piensa?

Pues, probablemente, tendrán que hacer muchos esfuerzos para poder llegar porque, a nivel nacional es más sencillo, pero a nivel autonómico y municipal tienes que tener muchos candidatos y muchos municipios para poder sacar votos.

- Aunque una agencia tiene unas características diferentes a otro tipo de medios, ¿tienen estudiado qué temas 'venden' más?

A veces, más que el tema en sí es cómo se transmite ese tema. A veces es una frase, una palabra. Hay que tener en cuenta que hoy en día la mayoría de la gente se informa a través de plataformas tecnológicas –Twitter, Facebook, WhatsApp, etc.- y yo creo que no leen más que el titular y el primer párrafo. Por tanto, tienes que acertar mucho en cómo haces el titular.

Para nosotros son fundamentales los titulares, porque ahí es donde vas a hacer que la gente “pinche o no pinche en el enlace”. El mensaje lo tienes que dar muy claro y directo para que después se profundice en la lectura.

- El premio que ha recibido tiene el valor de que el jurado lo compone íntegramente compañeros .

Es un premio, efectivamente, en el que los periodistas votan con una puntuación muy clara y exacta, lo que le da un valor añadido, para mi, muy importante por dos razones: porque son tus propios compañeros y porque no hay injerencias de ningún tipo.

En mi caso, como es un premio a la trayectoria periodística, supongo que se habrá valorado todos los años que llevo al frente del periodismo y eso me gusta; pero bromeando, también digo que cuando te dan un premio a la trayectoria es porque quizá estés ya “caducada”.

Pero, bueno, prefiero pensar que afronto ya una segunda etapa profesional de madurez y de asentamiento. Yo empecé pronto en mi cargo de Delegada de Europa Press en Valencia y, entonces, es normal que lleve ya muchos años –risas-.

-Sobre el futuro de los medios no la veo negativa.

No, aunque ejemplos de su supervivencia hayamos oído todos. Se decía, acuérdate, que la radio iba a desaparecer. Pero yo soy optimista con el futuro del periodismo porque la información va a existir siempre y esa información hay que gestionarla. Cambiará la manera de gestionarla porque, como decía, vivimos una etapa de evolución rápida en lo digital, pero tal como han funcionado en América, por ejemplo, las fake news en procesos electorales, yo espero que los ciudadanos cada vez vayan aprendiendo también a digerir esas informaciones que les llegan y, al final, recurran a las cabeceras de los medios de comunicación serios que son los que te puedan certificar la coherencia y la realidad de una información veraz y contrastada.

- ¿De alguna manera ya no son los partidos ni los gobiernos de las diferentes instituciones los que marcan la agenda, sino que son los propios ciudadanos?

Sí y no. Los ciudadanos como tal no creo que tengan esa capacidad, todavía. Tienen la capacidad de hacer mucho ruido, por ejemplo con un tuit, pero no de que eso que han tuiteado, aunque haya sido viral, entre dentro de la agenda informativa. Digamos que hay como dos partes diferenciadas. Una cosa es la capacidad de la ciudadanía de intentar acceder a marcar determinados temas –que la hay, es evidente- pero esos temas, cuando saltan, no siempre acaban siendo parte de la agenda informativa, si no los recoge un ‘guante’ que actúe como amplificador en la propia agenda.

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