El aroma de campeón vuelve a impregnar a Valencia Basket
Valencia Basket 89 - Alba Berlín 75. Los taronja sacan su mejor cara en una final de la Eurocup que pronto encarrilaron. El viernes, Berlín espera para dar la puntilla y alzar el título.
Los ganadores aparecen en los momentos en los que más se les necesita. Will Thomas, con ese apelativo cada vez más consolidado, no iba a faltar a la final de la Eurocup. Y a fe que no lo hizo.
Los 22 puntos del de Baltimore provocan que Valencia Basket acaricie su segundo título europeo. La manera en la que el ala-pívot taronja superó a su ex compañero Luke Sikma - MVP de la competición - fue tan sublime que echa por tierra uno de los más manidos mantras en torno al mundo del deporte colectivo: esta vez dos jugadores con alto grado de conocimiento mutuo no se contrarrestaron entre si como acostumbra a suceder.
Una vez desactivado el caudal ofensivo que provoca para los teutones el juego del propio Sikma, Peyton Siva o Martin Hermannsson debían procurarse sus propios lanzamientos y, pese a que a pesar de todo lograron aceptables porcentajes, pronto se vio qupocas referencias del baloncesto alegre que los germanos practican tendríamos en este primer asalto sobre el parqué de la Fonteta. La comunión entre aficionados y jugadores taronja, mucho más experimentados, era demasiado para un cuadro visitante aún algo bisoño en muchas de sus piezas. Aíto, apoyándose en su enorme experiencia, manejaba con acierto todas ellas en aras que el partido no se les fuera de las manos a sus pupilos, pero cuando Valencia Basket y Will Thomas están particularmente mentalizados para una cita...
Y es que el dominio de Will Thomas en la pintura no sólo se plasmaba en su anotación particular o en la atnción que suscitaba de la defensa rival; sino que su presencia también contribuía a comenzar a configurar otras de las claves más destacadas del choque: la de la diferencia reboteadora.
Hasta 42 capturas bajo los aros se fueron unos jugadores valencianos que arrasaron en dicho apartado a un conjunto visitante que únicamente podría hacerse con 24. Hombres como Dubljevic, Tobey o el extraordinario hoy en los mal llamados intangibles Louis Labeyrie también atraparon no menos de seis rechaces. Por el Alba nadie llegó a esa cifra.
Pese a todo ello, la losa para los alemanes fue atenuada hasta el descanso. En un equipo de excelsos tiradores como el dirigido por Aíto - hasta seis hombre superan el 40% en triple durante la competición - el hecho de recurrir al acierto de perímetro alcanza la condición de consustancial. Siete triples al descanso, acompañados de un magnífico 53%, eran capitales para mantenerse en el partido (41-38 min.20). Aunque no sería por mucho tiempo.
El tercer cuarto iba a resultar determinante. Matt Thomas ya había desempolvado su fusil y Fernando San Emeterio demostraba, por enésima vez, su oficio y calidad. Esos ya, de por sí, eran condicionantes aparentemente suficientes para dejar la confrontación hecha añicos. Si, por si fuera poco, a eso hay que sumarle que la intensidad defensiva, por difícil que pareciera, aun iba in crescendo principalmente de la mano de unos indomables en esta faceta Labeyrie y Doornekamp no hallábamos ante un escenario de partido desconocido para el Alba Berlín durante su brillante singladura en la presente Eurocup: sólo un milagro podía otorgarles todavía alguna opción (71-53 min. 30).
Y a él se aferrarían como clave ardiendo, ya que tras una demostración de carácter germano, un parcial de 0-9 volvía a abrir la confrontación, corroborando que el equipo ha deslumbrado con su juego a Europa en la presente competición no tiraría la toalla. Pero Valencia Basket no estabo por labor. Will Thomas continuó con su martillo de espaladas al aro teutón en el poste bajo para enseñar quien verdaderamente manda en esta competición.
Valencia Basket puede lograr en la magnífica capital alemana el cuarto entorchado europeo de su historia. En caso contrario, siempre quedará otra oportunidad en la Fonteta. Aquella que, como todo el que estuviera presente en esta tarde martes podrá testificar, nunca falla.