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Las claves del todo o nada para Valencia Basket

Mientras Berlín recibía a la expedición taronja con nieve, los pupilos de Ponsarnau se quedaban a sólo dos segundos de alzar la Eurocup. La Fonteta vivirá este lunes el final del thriller.

Will Thomas se volverá a ver las caras con Luke Sikma

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Un final de infarto para ser recordado como drama o agradable anécdota. En función de lo que el lunes suceda en el último episodio de esta apasionante final, las muchas opciones no concretadas de levantar el trofeo en tierras germanas quedaran para la posteridad asociadas a un sabor u otro bien diferente. Esperemos que un triunfo en el fortín valenciano evite que el tiro libre errado por San Emeterio; la canasta de Siva; o el postrero desacierto en el tiro de Matt Thomas constituyan un motivo para rasgarse eternamente las vestiduras. A continuación, repasamos algunos aspectos clave para que eso suceda.

Defender el bastión de la Fonteta

Como dicen los norteamericanos en estos casos "not in my house". El inmaculado top 16 realizado por Valencia Basket llevaba aparejado un premio de lo más codiciado: el de disputar el hipotético desempate de cada una de las series con la condición de local; hecho éste que cobra una mayor dimensión atendiendo a los más que significativos datos.

Once triunfos en otros tantos partidos disputados en la Fonteta a lo largo del presente curso europeo - la racha sube hasta los trece consecutivos incluyendo los dos últimos duelos de la anterior campaña en Euroliga - hablan bien a las claras de las dificultades de los oponentes a la hora de competir como visitantes frente a los taronja. Alba Berlín ya pudo comprobar lo que esa comunión entre la grada y los hombres de Ponsarnau conlleva en un primer partido en el que apenas contó con posibilidades de pelear por la victoria.

Hacer valer la experiencia... sin acusar el desgaste

Que jugadores de la talla de Will Thomas, Sam Van Rossom o Fernando San Emeterio continúen echándose el equipo a las espaladas dependerá, en este caso, no sólo del carácter ganador de cada uno de ellos - sobre ese aspecto no existen dudas - sino también de que logren que el sobreesfuerzo realizado en el segundo acto de la final les afecte en la menor medida posible. Si hubiera que volver a disputar un final del duelo apretado, la experiencia de todos ellos volvería a antojarse como un factor fundamental. No conviene olvidar que Valencia Basket venía saldando con éxito todos y cada uno de los choques de Eurocup decididos por cortos márgenes de puntos... precisamente hasta este mismo viernes.

Adaptarse a las variaciones del rival

Y máxime cuando es Aíto García Reneses el que dispone en torno a ellas. Siempre acostumbra a resultar capital en el marco de cualquier serie de playoff el hecho de introducir nuevos factores, normalmente de índole táctica, durante el desarrollo de la misma... pero si es el técnico madrileño el encargado de llevar dicho procedimiento a cabo, los efectos suelen multiplicarse.

Una zona 2-3, ya en el periodo extra, cortocircuitó en el momento crucial a un ataque taronja que veía secarse el pozo del que más réditos obtenía: el de la conexión dentro-fuera entre Van Rossom y Will Thomas. Otros aspectos como el destinado a tapar líneas de pase con una pareja de aleros de gran envergadura formada por Giedratis y Giffey - formula poco utilizada por los alemanes durante el torneo hasta el momento -; o el diferente tempo de juego en función de que el mando sea tomado por Siva o Hermannsson harán de la necesidad de Valencia Basket de controlarlos si pretende alzarse con el título un nuevo desafío. Ni que decir tiene que la ocasión lo requiere.

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