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Por qué esta campaña es especialmente agresiva e incluso violenta

Toni Cantó compara con insectos a cinco dirigentes de la izquierda valenciana en las redes, y algunos se revuelven de patas en ellas.

Por qué esta campaña es especialmente agresiva e incluso violenta

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La campaña está siendo especialmente agresiva, e incluso violenta, porque está en juego el modelo de España y, por supuesto, la primacía de un bloque ideológico u otro.

Hasta la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno las dos españas eran por encima de otras consideraciones la constitucionalista y la otra. Ahora vuelven a ser primordialmente la de izquierdas y la de derechas, pero multifragmentadas, y con el factor determinante en su caso de los separatistas catalanes y vascos, incluyendo en esta categoría al PNV si acaban por cuajar algunas de sus propuestas de reforma estatutaria que dejan la independencia formal a tiro de VAR.

Para acabar de arreglar el guiso, el CIS de Tezanos y sus posteriores correcciones azuzan la competencia cara al 28-A, sabedores muchos de los líderes del momento (todos menos Abascal) de los muertos que han dejado camino del 28-A y, por tanto, de que también su supervivencia política está en juego.

Ciudadanos ha desplazado a Valencia para la ocasión a un líder nacional, Toni Cantó.

Así las cosas, la Comunidad Valenciana se convierte en pieza clave del panorama nacional. Por eso no conviene a los líderes descuidar el aporte que las autonómicas avanzadas puedan suponer a las urnas generales, que es donde se juega la gran partida que amenaza con taparlo todo el día 28, 26-M incluido.

Ciudadanos ha desplazado a Valencia para la ocasión a un líder nacional, Toni Cantó. Que como agitador político no tiene precio. Para eso está aquí, para arañar todo lo arañable. Su baza es la de la provocación (PSC valenciano, TeleCompromís ...), en la que de momento caen con gusto sus adversarios de la izquierda valenciana.

El último ejemplo del marketing de Cantó hasta la fecha es su tuit rebautizando a los líderes de la izquierda al conjugar sus apellidos con nombres de insectos. Enseguida Enric Morera o Manolo Mata se han revuelto en redes, presos de patas en ellas, que imagino es lo que Cantó quería.

Pese al dudoso gusto de la propuesta, el método para alcanzar el objetivo (no importa cuál, método y objetivo) es perfecto. Recuerden el dóberman del PSOE contra el PP en 1996, animales mediante. Vamos a ver qué es lo siguiente.

En cualquier caso, la provocación de Cantó se queda muy lejos del nivel de violencia que los separatistas de otras comunidades, la vasca y la catalana, vienen practicando contra candidatos de PP, Ciudadanos y Vox en un manifiesto alarde de fascismo no suficientemente ponderado por constitucionalistas expertos en caminar frecuentemente al borde del alambre. En este caso la intención es clara: la expulsión del tablero de juego de quienes no aceptan pactar nada que rompa el tablero.

Es la campaña que nos espera. Está en juego el modelo de España (grande o chica) y, por supuesto, la primacía de un bloque ideológico u otro. Disyuntivas ambas que, en el fondo, vienen a ser la misma cosa.