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Cuando la izquierda valenciana culpó a las mujeres de su derrota

Cuando la izquierda valenciana culpó a las mujeres de su derrota

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La historia tiene estas cosas. En las elecciones de noviembre de 1933, los votos que obtuvieron los partidos de derechas, en plena República, doblaron en Valencia y provincia a los que obtuvieron los de izquierdas. Y la reacción de éstos, tras la tremenda derrota, fue culpar al voto de las mujeres, que algunos y algunas líderes izquierdistas querían prohibir.

Las anécdotas se suceden con vértigo durante las campañas electorales y el mismo día de las votaciones. Sucesos divertidos, intrascendentes, llamativos y de todo tipo. Sin embargo, los resultados mismos son, en ocasiones, motivo de asombro, aunque traten de olvidarlo. Para ello está la historia, para recordar siempre la objetividad de los hechos.

Foto: valencianas votando

Uno de los resultados electorales del que menos se habla y que fueron más contundentes se produjo en las elecciones de noviembre de 1933. En medio de la II República, los partidos de derechas obtuvieron el doble de votos que los de izquierdas en la ciudad de Valencia y en la provincia. En la ciudad del Turia se registraron 54.000 votos frente a 25.000 de la izquierda. Pero además, si sumamos los votos de partidos de centro a los de derecha, la izquierda fue humillada con menos de un tercio de papeletas. Los partidos de centro obtuvieron 63.000 votos.

Semejante derrota electoral generó todo tipo de excusas y explicaciones. La más llamativa fue la de echar la culpa del humillante resultado a las mujeres, de quienes llegaron a decir que hacían “lo que les mandaba el director espiritual”. Más contundente habían sido con anterioridad otros distinguidos dirigentes de izquierdas como Manuel Azaña, Victoria Kent o Clara Campoamor, que se habían negado a que el derecho a voto femenino fuese incluido en la constitución. El diputado republicano gallego Roberto Novoa llegó a afirmar que la mujer está dominada por la emoción y no por la reflexión y el espíritu crítico, lo que las invalidaba para votar.

Foto: Victoria Kent

La realidad es que el índice de participación en esas elecciones fue elevado, con más del 70 por cien en Valencia y Comunidad Valenciana respectivamente. Una cifra muy similar a la que se registró a nivel nacional.

Tampoco parece que el ejemplo femenino cundiera en las primeras elecciones de 1977, donde ninguno de los diputados elegidos, 15 por la provincia de Valencia, era mujer. Ni entre los siete del PSOE, ni el del PCE ni el del PSP. Tampoco en 1979 tuvieron a bien los partidos de incluir a ninguna mujer en puestos de salida. Hubo que esperar a 1982 para que el PSOE incluyera en línea de salida a Adela Pla, que ejercería su acta como diputada en Cortes por la circunscripción de Valencia.

Foto: Valencia 1933

Las elecciones de 1933 fueron las primeras en que las mujeres ejercieron el derecho al voto. Las elecciones dieron una mayoría parlamentaria a los partidos de centro-derecha y de derechas, dándose inicio al denominado bienio radical-cedista o bienio negro entre 1933 y 1936. La cita electoral resultó demasiado violenta, habida cuenta de los resultados (la minoría de izquierda llegó a perpetrar varios atentados con muertos en Valencia). Con ello se cerraba un año especialmente significativo en datos curiosos para Valencia. El más llamativo, y también el más pesado, fue la recolección de una sandía de, ni más ni menos, 40 kilos. El insólito hecho se producía en Burjasot, y su enorme dimensión le permitió ganar un concurso local. También llegaron ese año los restos mortales de Blasco Ibáñez a Valencia, Cifesa se hacía con la distribución de las películas de Columbia Pictures o se inauguraba el Club Náutico de Valencia. ¡Ah! Y para compensar todos los males, ese año llegaba el gordo de la lotería de Navidad a Alcira y Carcagente. Pero todo ello es otra historia.

Vicente Javier Más Torrecillas. Académico de la Real Academia de Cultura Valenciana. Doctor en Historia Contemporánea.