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Llanos (Vox): "Oltra trae a los inmigrantes para que los atienda Cáritas"

Vox se ha convertido en la gran incógnita del domingo. Su candidato a la presidencia de la Generalitat, José María Llanos, pone las condiciones para un gobierno con PP y Ciudadanos.

Llanos, a la derecha con Santiago Abascal y el candidato al Congreso por Valencia, Ignacio Gil Lázaro.

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Nadie duda de que Vox tendrá por primera vez representantes en el Congreso y en las Cortes Valencianas. ¿Pero cuál es su fuerza real? La movilización de su posible votante es palpable. El mitin de Santiago Abascal, Igancio Gil Lázaro y José María Llanos en el Museo Príncipe Felipe de Valencia, con más de 5.500 asistentes, ha sido el más numeroso de los realizados en esta campaña electoral en la Comunidad. El candidato a presidir la Generalitat catedrático de profesión se muestra cauto. Se limita a indicar que su formación tendrán un "gran" resultado. La cuestión es, no obstante, si lo que ellos llaman "movimiento ciudadano" puede condicionar la política en la próxima legislatura. La entrevista se realiza en la sede del partido, un piso que vivía en la soledad casi absoluta y que ahora se ha quedado pequeño.

-Vox no ha realizado ningún algún fichaje estrella

-No. Lo que queremos son personas que estén en el proyecto, leales, con actitudes para trabajar, con seriedad y no fichajes.

-En el supuesto de que el resultado de las urnas fijen mayoría del bloque de centro derecha en las elecciones autonómicas, ¿qué condiciones pondría a Ciudadanos y al PP?

-Dependería de qué posición ocupáramos entre esos tres partidos. No es lo mismo ser el primero que el tercero. Querríamos aplicar nuestro programa al máximo, pero lo fundamental es acabar en nuestra Comunidad con el adoctrinamiento que se está produciendo tanto en la Administración general con el catalán como en la educación con el catalán y la falsa memoria histórica. Por supuesto, exigimos la supresión de todos los grupos del impuesto de sucesiones y donaciones y una ley de violencia intrafamiliar que proteja a todos los miembros de la familia.

-¿Estarían dispuestos a fomar parte del gobierno?

-Nosotros asumimos las cargas y no queremos cargos. Si quedamos en tercer puesto no queremos estar en el Gobierno. Si estamos en otro lugar, entonces tendríamos que negociar.

-¿Quizá una presidencia en el Parlamento valenciano?

-Ese no es nuestro objetivo, se tendría que ver.

-Pero su objetivo ¿no es formar parte de ningún gobierno?

-Nuestro objetivo es ser gobierno. Según el apoyo que tengamos de los ciudadanos decidiremos si el apoyo ha sido para controlar a los que formen gobierno o para aplicar el 100% de nuestras políticas. Si somos tercera fuerza (del bloque de centro-derecha) casi con toda seguridad no formaríamos parte de un gobierno de mínimos. Como en Andalucía.

-¿Eso se mantendría también a nivel municipal?

-Creo que sí porque el objetivo de Vox es cambiar las cosas para la ciudadanía. Si no somos gobierno y no podemos aplicar al 100% nuestro programa controlaremos a los que lo hagan. Lo que sí tenemos muy claro es que hay que desalojar al Botánico y a la izquierda que consideramos antivalenciana tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat.

-¿Vox es una especie de Unión Valenciana más a la derecha?

-Vox no puede ser Unión Valenciana porque es un partido con una estructura nacional, con una idea de unidad política y descentralización administrativa. Unión Valenciana proponía otras cuestiones. Sí es cierto que una gran parte de lo que fue el apoyo que recibió en su momento Unión Valenciana puede tener cabida en el proyecto de Vox a nivel de nuestra Comunidad porque el voto que recibió Unión Valencia en su momento se sitúa ideológicamente en el mismo lugar que Vox y a nivel de lo

que es la recuperación de nuestras señas de identidad. Lo que en su momento pudo defender Unión Valenciana hoy lo acoge Vox.

No somos de extrema derecha. Otros que se definen demócratas quieren acabar con el estado social y democrático de derecho, con la monarquía parlamentaria, con la unidad de España.

-¿Le molesta que le llamen de extrema derecha?

-Estamos acostumbrados pero nos molesta porque no lo somos, no nos consideramos así. Lo que pasa es que la lengua no tiene hueso y nos llaman lo que sea. Al final todos son etiquetas para no entrar en la discusión de contenidos. Si nos llaman de extrema derecha ya nos han calificado e intentan con eso que los ciudadanos no vean la letra pequeña, no vayan al contenido de nuestro mensaje. Nos molesta no tanto por la etiqueta, sino porque lo utilizan para dar miedo a la ciudadanía. Evidentemente, no somos de extrema derecha, somos un partido que cree en las instituciones, en la democracia, defiende a ultranza la Constitución. Otros que se definen

demócratas quieren acabar con el estado social y democrático de derecho, con la monarquía parlamentaria, con la unidad de España y eso no cabe en los mecanismos legales y, de hecho, lo están pretendiendo a la fuerza.

-Entonces, nada de extremismo...

-En absoluto. Siempre he tenido muy claro que los extremos se tocan y la extrema izquierda es lo mismo que la extrema derecha. Es un peligro para la democracia. Entiendo que en la democracia tiene que haber una socialdemocracia que es lo que representa a mi juicio Ciudadanos que ocupó el espacio de centro izquierda de UPyD y tiene que haber un Partido Socialista que defienda

una visión moderada que lo que es una opción más relativista o más materialista de la sociedad sin los extremismos a los que ahora se acerca para en ese radicalismo ocupar el espacio de Podemos y de la ya extinta EUPV. En la extrema derecha también hay partidos y Vox no se encuentra en ese lugar.

-¿Qué pasa con los debates y Vox en la Comunidad Valenciana?

-Vox lleva cinco años de vida y durante cuatro años nos han ninguneado. Lo único que ha habido ha sido indiferencia porque así el mensaje no llega. Por la perseverancia, por la claridad, por la coherencia del mensaje y por haber actuado en defensa de la unidad nacional frente al golpismo secesionista en Cataluña al final no nos han podido callar. El hecho de que nos ninguneen en A Punt o en la televisión nacional no nos importa. Creemos que tenemos que aprovechar las redes sociales. Iba a haber en una televisión valenciana un debate a cinco al que se nos invitó pero al final, algunos partidos no querían enviar al número 1 y no se cerró el tema.

-¿Cerrarían la televisión autonómica?

-Cerraríamos la televisión autonómica porque es un instrumento al servicio del sectarismo; un servicio no público, sino al servicio de los poderes públicos para adormecer, reconducir, para adoctrinar y porque supone un despilfarro que los valencianos no nos podemos permitir. El servicio público que pudiera ofrecer una televisión que está dominada por el poder político lo podría realizar otros medios privados que en la ley de la oferta y la demanda y de la competencia se dejan un poco aparte el tema del adoctrinamiento y están ofreciendo ese servicio.

El gobierno del Botánico es un desastre. Lo más grave es que están gobernando para colectivos apesebrados, para colectivos de votos para mantenerse en el poder.

-¿Cuál es el acierto de Vox para que haya conectado con una parte de la sociedad?

-El acierto es que no es un partido al uso. Me gusta pensar que nuestro partido no son unas siglas sino que es una palabra, voz, porque no pretendemos defender una ideología. Los que estamos en Vox no defendemos las ideas de Vox, sino que Vox defiende las nuestras porque somos la sociedad civil, somos la gente de la calle que estábamos viendo que no se nos estaba respetando, que se estaba atacando el respeto a nuestros mayores, la libertad de elegir la educación de nuestros hijos, se nos estaba imponiendo una serie de impuestos confiscatorios. Hemos levando la voz y nos hemos reunido bajo el paraguas de un partido político que en las instituciones sí que puede dar respuesta a esas necesidades de la sociedad.

-¿Tiene relación con Bonig y con Toni Cantó?

Con Bonig he hablado, nos hemos encontrado por la calle y en algún un acto donde hemos hablado escasos minutos. Es una relación cordial. Con Toni Cantó nos hemos saludado un par de veces.

-No han comenzado entonces las negociaciones...

-No, en absoluto.

-Si no gana el centro derecha y hay que hacer oposición. ¿Cuál será su papel?

-Será una oposición fuerte, firme. Intentaríamos seguir defendiendo nuestro programa en las instituciones, nuestro mensaje y llevarlo a la calle. Se trata de que la ciudadanía se sienta arropada, que sepan que hay un partido que va a estar defendiendo siempre lo mismo que les proponemos y confíen que en las siguientes vamos a cambiar las cosas.

-Si no harán escraches ni movilizaciones, ¿llevarán camisetas?

-Nosotros recurriremos a la justicia cuando veamos que una ley es inconstitucional. Cuando algunas leyes autonómicas se extralimiten respecto a una ley estatal, recurriremos al contacto con colectivos y asociaciones de la sociedad civil para transmitirles nuestro mensaje.

El programa electoral de Rajoy del 2011 fue incumplido al 100% y se convirtió en un Zapatero II

-¿Qué les diferencia del PP?

-Casi todo. Defendemos nuestros principios, no los cambiamos según viene el viento. El PP tenía unos postulados que convencían a una parte importante de la sociedad pero el programa electoral de Rajoy del 2011 fue incumplido al 100% y se convirtió en un Zapatero II, en temas de ideología de género, de ley de memoria histórica, Montoro subió los impuestos más incluso de lo que pedía Izquierda Unida, a los valencianos nos llamó llorones cuando es evidente que estamos en una situación de precariedad respecto a los privilegios de otras comunidades históricas. Nosotros vamos a defender nuestros principios, los valores, llevar a las instituciones nuestro programa en la medida que tengamos el peso suficiente para hacerlo. No tenemos complejos. A diferencia del PP no somos unos políticos de profesión. Somos autónomos, empresarios, taxistas, parados que nos hemos ganado la vida y hemos venido a la política para llevar la voz de la ciudadanía a un lugar en el que se puede actuar con eficacia, que son las instituciones.

-Ese discurso suena mucho a Podemos

-El discurso de que nosotros somos la calle y estando en las instituciones seguimos en la calle porque en las instituciones no hacemos nada, ese no es el discurso de Vox. Se puede ver que ni siquiera en el gobierno nuestros compañeros de Andalucía han conseguido que se fomente

la natalidad, que se abran ayudas a la familia, que se controle la inmigración ilegal siguiendo la ley de extranjería, que se proponga una ley de violencia domestica,. Una cosa es el eslógan y otra el trabajo con pico y pala que es el que propone Vox.

Para la investidura de Aznar del 96, el PP traicionó a los valencianos vendiéndonos al delincuente de Pujol.

-¿Vox tendría razón de ser si en estas elecciones se hubiera presentado Aznar?

-Absolutamente. Para la investidura de Aznar del 96, el PP traicionó a los valencianos vendiéndonos al delincuente de Pujol. El PP del 96 eran un partido con complejos, que había perdido sus raíces, aunque con Rajoy se ha estado bastante peor y lo mismo ocurre con Pablo Casado. Una maquinaria de tanto tiempo, tan desgastada y con tanta corrupción no se limpia empezando por la cabeza. Casado utiliza el mensaje de Vox, de la España trabajadora, orgullosa, han cambiado la gaviota por la bandera de España. Hoy dicen una y mañana dicen que son moderaditos. El PP de hoy no tiene solución. El PP de Aznar era mejor, pero no era Vox. Quizá entonces la sociedad civil no requería a Vox tanto como ahora.

-¿Qué opinión le merece el Botánico?

-El Botánico es un desastre en todos los sentidos. Uno llega a las instituciones con el voto de una parte de la sociedad. En un servicio publico hay que gobernar para todos. Lo más grave es que están gobernando para colectivos apesebrados, para colectivos de votos para mantenerse en el poder. Todo lo que hacen es malo para la sociedad, se están olvidando de la calle. Se atacan las raíces cristianas, Mónica Oltra trae a inmigrantes para que los atienda Cáritas.