El Valencia muestra su peor cara
Valencia CF 0 - SD Eibar 1. Fiarlo todo a la Europa League. Eso parecen haber decidido Marcelino y sus pupilos si es que la pretensión es alcanzar la Champions. El Eibar sacó rédito de ello.
El juego gris y desangelado que hoy puso en práctica el conjunto de Marcelino no hizo presagiar desde el primer momento nada bueno en una, por contra, sí apacible mañana electoral. Los de Mendilibar, mejor posicionados y con mayor ambición, evitaron que el partido se saldara con un simple voto nulo. Merecieron los tres puntos, aunque lo lograran en el descuento.
El primer tiempo fue, en líneas generales, de dominio armero. Mientras el Valencia apenas conseguía llevar el esférico hasta zonas en las que sus hombres de banda, Guedes y el hoy novedad Ferran Torres, pudieran encarar; el plan de Mendilibar sí se dejaba ver sobre el césped. Con el ex valencianista Fabián Orellana como faro ofensivo, suya fue la mejor oportunidad en un remate de cabeza detenido por Neto, los armeros se movían más a menudo rondando las parcelas de definición.
Bajo los mismos parámetros concluirían los primeros 45 minutos. Gayá abortaba de forma casi milagrosa el gol en un balón peinado tras el córner botado por Pedro León que Oliveira se aprestaba a impulsar a la red. El receso llegaba... y con ello la mejor posible de las noticias para un cuadro de Mestalla que lo precisaba para aclarar sus en la mañana de hoy obtusas ideas.
Precisamente ese aire fresco llegaba en los primeros minutos de la reanudación para el Valencia. Era el único tramo en el que pareció poder doblegar la resistencia guipuzcoana. Gameiro acaparó las escasas posibilidades ches, forzando una gran parada de Dmitrovic en primera instancia, y demostrando cierto egoísmo en una posterior opción que pudo ser mejor para un compañero.
A partir de ahí más de lo mismo: el Eibar manejando la confrontación, mientras los síntomas de agotamiento por el desgaste de las semanas precedentes comenzaban a aflorar en el Valencia CF, algo especialmente preocupante a tenor de lo que se acerca, con Londres el jueves en el horizonte en primer lugar.
Santi Mina y Rubén Sobrino eran las cartas que Marcelino, poco menos que a la desesperada optó por colocar sobre la mesa ya en la fase final, y lo cierto es que la jugada pudo salir bien de no haber mediado el error del gallego en la ocasión de gol de la que disfrutó sobre el tiempo reglamentario. No obstante, acto seguido iba a quedar bien claro que hoy no era el día de los valencianistas. Charles no perdonaría un despeje fallido de Gayá para hacer efectiva la permanencia de los suyos... y condenar casi definitivamente a que en Mestalla se busque la Champions sólo por la otra vía.