Gases del exterminio nazi en los campos de naranjas valencianos
El régimen del Tercer Reich desplegó por España una gran estructura de espionaje que estuvo coordinada desde la Embajada y los consulados desplegados por las principales ciudades. Si bien Barcelona, y Cataluña en general, fue el centro de actividad nazi más importante de nuestro país, Valencia tuvo también una destacada red de espionaje que generó su actividad en torno al mundo de la naranja. Y, quién iba a decir que el gas utilizado en algunos campos de concentración alemanes tuvo su origen en nuestra Comunidad.
Resulta que Willy Mengel era el representante en Valencia de la empresa Deutsche Gold und Silber Scheideanstal (DEGUSSA) desde 1931. La dirección social se situaba en la plaza Castelar (ahora plaza del Ayuntamiento). La división de química de esta mercantil era la Deutsche Gesellschaft für Schädlingsbekämpfung (DEGESH). Esta empresa fabricaba y llegó a distribuir en algunos campos el gas Zyklon B, empleado en las cámaras de gas de los campamentos de concentración para la “solución final”.
El gas Zyklon B es un potente pesticida usado para la fumigación agrícola al aire libre que contiene cianuro. A finales del siglo XIX se usaba en California y, más tarde, en 1920, el gobierno estadounidense lo destinó para desinfectar a los inmigrantes mexicanos. Y en la década de los años 30 también se usó en los campos de naranjas como pesticida más o menos habitual. Así lo constató el servicio de información de EEUU.
Pues bien, nuestro amigo Mengel formaba parte de la estructura o quinta columna de la Alemania Nazi en la Comunidad Valenciana. Esta estructura giraba en torno al consulado alemán, dirigido por el cónsul Máximo Buch. Este empresario, segunda generación de ascendencia alemana, se había volcado con la exportación de naranjas hacia Alemania después de que el origen inicial de la economía familiar, la fabricación de cepillos, pasase a segundo plano.
Además de Mengel, en la estructura nazi en Valencia también aparecen otros empresarios ligados a la exportación citrícola al Tercer Reich, como Heinrich Kummermann, encargado de la gestión de la mercantil exportadora de naranjas “Viuda de Ramón Huguet e hijos”. Tenía su sede en la calle Pintor Sorolla de Valencia y, para pasar más desapercibido, se hispanizó el nombre pasando a llamarse Enrique Junermman.
El contacto alemán en Berlín de este entramado naranjero fue Marie Therese, hija del general germano Kurt von Hammerstein. La oficina estaba en Lürzowplatz, dirigida por el Barón Rolland, y que estaba controlada por la Abwehr, el servicio de inteligencia del Tercer Reich.
La importancia de la economía naranjera en el entramado de espionaje de la Alemania Nazi se puso también de manifiesto en un hecho puntual que no trascendió debido a su fracaso de resultado: el sabotaje a un barco inglés con una bomba oculta en una caja de naranjas. Se trataba de colocar cargas de relojería en cajas de naranjas que se embarcaban en Valencia camino de Gran Bretaña. Los hechos más destacados se produjeron en febrero de 1944, cuando Joseph Waberer y Paul Hoffman, introdujeron cargas explosivas en una nave anclada en Valencia. Las cargas explotaron cuando el barco estaba en el puerto de Londres, aunque no consiguieron hundirlo.
Todos estos datos fueron hechos públicos a través de un informe desclasificado de la CIA en 1946 y que fue conseguido tras las declaraciones de Fritz Hummel, detenido y acusado por EEUU de crímenes nazis.
Esta red de espionaje no se limitó solo a la provincia de Valencia. Los tentáculos del consulado alemán en Valencia, dirigido por Buch, llegaban también a Castellón y Alicante. La primera tuvo un importante centro de operaciones en la pequeña localidad costera de Oropesa, a través del desaparecido Hotel Montemar, y en la capital de la Plana, en un edificio de la calle Mayor. La segunda, desarrolló una actividad más independiente de Valencia gracias al empuje de su cónsul, Hans J. Kindler von Knobloch.
Una red de espionaje y apoyo cultural que también tuvo en el Colegio Alemán de Valencia un importante centro de operaciones y distribución de propaganda para la ciudad. Todo ello queda desarrollado de forma intensa en el libro Nazis en España. La quinta columna de Hitler, de la editorial Actas.
Vicente Javier Más Torrecillas. Doctor en Historia Contemporánea. Académico de la Real Academia de Cultura Valenciana.