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Valencia - Barcelona: casi medio siglo desde un último precedente electrizante

La cuarta final copera entre ambos contendientes se presenta apasionante a tenor de los antecedentes. Hasta ahora el Valencia CF siempre alcanzó, como mínimo, la prórroga.

Imagen de la plantilla del Valencia CF campeona de Liga y subcampeona de Copa en 1971.

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Después de alcanzar ya un periodo extra en el partido por el título de la edición de la Copa del Generalísimo en la campaña 1951-52 - primer precedente de final entre ambos - en el que el Barça terminaría siendo superior (4-2), el cuadro che, en ambas ocasiones dirigido por Jacinto Quincoces, se tomaría cumplida revancha al derrotar a los culés por 3-0 dos años después también en el feudo madrileño de Chamartín. El doblete de Fuertes, al que acompañaría otra diana del ariete castellonense Badenes, lo haría posible.

Sin alcanzar la cifra de 48 años como ahora pero sí un total de 17 más tarde, se llegaba a la siguiente confrontación entre ambos contendientes destinada a dilucidar la identidad del campeón copero. Romper la igualdad de los duelos anteriores por el trofeo era una de las premisas, aunque al choque no le faltaban connotaciones que redundaban en un mayor atractivo en torno al mismo. A diferencia de lo que ocurrió en otras ocasiones - o de lo que sucederá este mismo sábado -, esta vez el conjunto de Mestalla se presentaba como favorito.

Días atrás, el Valencia CF se había proclamado campeón de liga por cuarta vez, lo que permitía a los de Di Stefano vislumbrar en el horizonte la posibilidad de alzarse con el doblete, algo inédito en la historia del club. Enfrente se hallaba un muy tocado FC Barcelona - otro paralelismo a la hora de encarar la presente final de Sevilla -, ya que un triunfo por su parte en la última jornada de liga en el Manzanares hubiera supuesto que el éxito en el campeonato de la regularidad cambiara de bando entre los finalistas.

Sea como fuere, ese 4 de julio de 1971 - aún no era necesario que los jugadores finalizaran sus periplos a fecha del 30-J - la entrada al partido por parte valencianista refrendaba esa condición de principal aspirante a un trofeo que el curso anterior se le terminaría negando pese a cobrar ventaja en la final frente al Real Madrid. Claramunt I transformaba un penalti cometido sobre él mismo, para que poco después Paquito ahondara en la desesperación barcelonista sacando el máximo rédito a una mala salida de Reina en un lanzamiento desde la esquina.

Cuando pocos lo esperaban, el Barça se rehízo de ambos mazazos - el de la pérdida del título liguero y el que significó su mala primera mitad - y reaccionó. El guardameta che Abelardo colaboró involuntariamente al no acertar a detener sendos disparos lejanos de Fusté y Zabalza que reestablecían las tablas a falta de poco menos de 20 minutos para la conclusión.

No obstante, lo peor para la expedición valencianista llegaría a raíz de las protestas que la posibilidad de un fuera de juego anterior en la acción del 2-2 conseguido por el navarro depararon. El colegiado Sáiz Elizondo decretaba, de forma algo aleatoria, la expulsión de un hombre clave en el entramado valenciano como Juan Cruz Sol a pesar de que el vasco no pareció resultar uno de los más enérgicos en sus protestas. Así pues, se llegaba al tiempo extra en un contexto que nos presentaba al Valencia CF algo disminuido y con la premisa de aguantar para que el marcador no variara; algo que, aún por ese entonces, hubiera servido para aplazar la resolución del vencedor hasta un nuevo partido de desempate.

Sin embargo, Zabalza volvía a adelantar a los blaugrana en una jugada no exenta de rechaces, siendo en esta ocasión respondido de forma fulgurante por la figura del Valdez, quien se anticipó a la zaga barcelonista con un testarazo a la salida de un córner para volver a equilibrar la contienda al filo del descanso de la prórroga.

El Valencia volvía a creer... pero el cansancio que su inferioridad numérica conllevaba iba a hacer mella. Algo que iba a aprovechar el delantero que poco después militaría en las filas de Elche CF y Levante UD, Ramón Alfonseda, para decantar una de las finales más vibrantes que se recuerdan (4-3 min. 113). Casi medio siglo ha habido que esperar para que ambos contendientes vuelvan a medir sus fuerzas en tan incomparable marco. El balance general de 2-2 entre ellos sería sólo una más de las magníficas noticias que, desde el punto de vista de los de Marcelino, se esperan fervientemente.