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Valencia Basket siempre vuelve

Unicaja 69 - Valencia Basket 76. La Fonteta será en otras 48 horas testigo de la resolución de una serie que la mejoría defensiva taronja y la calidad de San Emeterio prolongaron en Málaga.

Tanto Tobey como Lessort mostraron su potencial bajo los aros

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Con sólo tres minutos transcurridos ya se pudo comprobar que el cuadro de Ponsarnau no ofrecería las facilidades que les costaron llegar a Málaga con la soga al cuello. Un gran inicio con siete puntos anotados del el otro día inédito Alberto Abalde propiciaba que Valencia Basket obtuviera unas siempre tranquilizadoras primeras distancias (8-16 min. 7).

Al contrario que en la apertura de la eliminatoria, duelos y quebrantos eran necesarios para que Unicaja batiera la defensa valenciana, algo que sólo podría hacer con cierta consistencia a través de un dominio del rebote ofensivo que el pívot francés Mathias Lessort encarnaba. No obstante, ello tampoco era óbice para que el cuadro taronja continuara ampliando esas distancias (16-32 min. 15); todo funcionaba a pedir de boca en un despliegue ofensivo visitante en el que las continuaciones de bloqueo Mike Tobey - terminó con 14 puntos desde el banquillo - resultaban poco menos que indescifrables para la defensa malagueña.

Sin embargo, la aparición de Jaime Fernández ejercía de asidero local a la hora de ajustar un electrónico que Sam Van Rossom colocaba en un provisional 32-37 anotando sobre la bocina. La sensación de partido largo e igualado se apoderaba del Martín Carpena dado el aumento de intensidad en el juego de los de Luis Casimiro.

Por desgracia para los intereses valencianos, todo ello se pudo corroborar mediante un control cada vez más avasallador por parte local del tablero taronja; algo que unido a la aparición de Alberto Díaz y Kyle Wiltjer desde el perímetro posibilitaba a Unicaja alcanzar la que a la postre sería su máxima diferencia favorable (50-45 min. 28). Así pues, Valencia Basket necesitaba una rápida reacción.

Pero si algo ha demostrado el equipo durante la presente campaña es precisamente que argumentos no le falta en esos momentos calientes y, como no podía ser de otra manera, éstos comienzan donde emerge la figura de Fernando San Emeterio. Once puntos del genial alero cántabro en el último periodo determinaban un choque que contribuirá a hacer aún un poco más grande su ya de por sí extensa leyenda en la competición. Su superioridad en el uno contra uno frente a sus pares encontraba el perfecto complemento en el manejo de los tiempos por parte de los dos bases a los que Ponsarnau hacía, con buen criterio, coincidir en pista - Vives-Van Rossom -, en una fórmula ya utilizada en pos del éxito durante el presente curso. El mismo que, ahora sí ya podemos decirlo, no morirá en una tarde de domingo malagueña.