El Madrid desarbola al Valencia Basket del insuficiente cambio de cara
Real Madrid 79 - Valencia Basket 66 (2-0). La superioridad blanca se plasmó después de un prometedor tramo inicial en el que los taronja llegarón a gozar de 13 puntos de ventaja.
Afrontar la guerra con tirachinas. Ese parece ser el sino del cuadro de Ponsarnau en una eliminatoria como ésta, la que enfrenta a una plantilla con claro potencial NBA. Ni la diferencia favorable de 13 puntos (14-27) después de transcurridos otros tantos minutos que campeaba en el luminoso del WiZink Center fue óbice para que los madridistas desarrollaran a partir de ahí el juego que les posibilitaba decantar de forma contundente un segundo acto de la serie que deja sin margen de error a los valencianos. La Fonteta verá este lunes si la temporada de Valencia Basket vive su último episodio o, por contra, si la disputa de un cuarto acto en el mismo necesario es menester.
Al parcial favorable de este sábado para el cuadro visitante se llega porque todo comenzó discurriendo a pedir de boca. La presencia en el quinteto de Guillem Vives y Aaron Doornekamp permitía elevar el listón defensivo de entrada con respecto a un primer partido en el que se careció de ello. Mientras tanto, el movimiento de balón era el idóneo si lo que se pretendía es que Dubljevic y Tobey - ambos vivieron su mejor fase del choque en esos instantes - anularan la capacidad de intimidación de Tavares. Todo pintaba muy bonito pero se quedó en poco menos que el sueño de una noche de verano.
Determinante para que ello no pasara del agua de borrajas resultó la irrupción de Sergio Llull en el encuentro. Ya con rol establecido de relevo, el otrora verdugo taronja logró 13 puntos prácticamente consecutivos, algunos mediante sus ya tan característicos como aparentemente inconscientes tiros, para reducir a la nada la diferencia de Valencia Basket primero (34-34 min.17), y establecer la primera de ellas de cierta consideración a favor del Real Madrid (42-36 min. 20). Demasiado castigo para un conjunto de Ponsarnau que había variado su actitud respecto del primer envite.
Otro punitivo parcial para los taronja (13-2) dejaba el duelo tiritando a los cinco minutos de la reanudación. Las pérdidas de balón que la agresiva defensa exterior de Campazzo y Taylor, siempre amparados en la intimidación que Tavares y Randolph ejercen por detrás, servían para que, a través de contraataques o veloces transiciones, el juego madridista entrara en la ebullición que, por momentos, acostumbra. El cuadro de la Fonteta no parecía, una vez más, capaz de resistir ante un rodillo que colocaba una distancia de diecisiete puntos (55-38) ya casi insalvable.
Los postreros intentos de Will Thomas o Fernando San Emeterio eran baldíos si la pretensión pasaba por algo más consistente que el simple hecho de reducir distancias maquillando el marcador. Pero ciertamente las opciones ya se habían escapado al no saber responder a esos dos acelerones de los de Laso. Demasiado para una versión actual de Valencia Basket excesivamente condicionada por la ausencia de Matt Thomas. Sólo queda encomendarse al efecto Fonteta.
79 - Real Madrid (14+28+26+11): Randolph (9), Rudy (7), Campazzo (9), Tavares (5) y Taylor (11) -equipo inicial-, Causeur, Ayón (10), Reyes, Llull (13), Carroll (4), Deck y Thompkins (11).
66 - Valencia (22+14+16+14): Labeyrie (4), Dubljevic (12), Vives (7), Sastre (5) y Doornekamp (2) -equipo inicial-, Abalde (3), Diot (2), Van Rossom (2), Thomas (10), Tobey (12), San Emeterio (7) y Martínez.
Árbitros: J.A. Martín Bertrán, Fernando Calatrava y Rafael Serrano. Sin eliminados.
Incidencias: Segundo partido de semifinales de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes (WiZink Center) de Madrid ante 9.373 espectadores.