Vox en Les Corts, con Franco y Carmena a partes iguales

El gran titular del debut parlamentario de Ana Vega, síndic de Vox en Les Corts, ha sido que “hemos venido a desmontar este chiringuito autonómico”, a “combatir el marxismo cultural”, y que “se acabó la paz del corral”. Este último dardo iba dirigido a su colega del PP, Isabel Bonig.

Por extensión, Vega dijo del centro-derecha de Bonig y Cantó que el PP y Cs se han “prestado” al “proceso estalinista” de establecer alrededor de Vox un cordón sanitario que la portavoz de Vox tilda de -atenta la marinería- “odio y discriminación hacia los cientos de miles de ciudadanos que nos han apoyado”. Revirtiendo discurso. Los que odian no somos nosotros, se infiere.

Lo del 'chiringuito autonómico' apuntaba a la clase política valenciana en su conjunto. Y la alusión al marxismo iba, evidentemente, por la izquierda local, que para Vox es una mezcla de

“socialistas, comunistas y nacional-socialistas valencianistas”. Más aún: según Vega los aliados de Puig son “comunistas amigos de los genocidas bolivarianos y los nacional-socialistas valencianos aliados de los anteriores y amigos de los golpistas catalanes”. Mnemotécnicamente difícil.

Curiosamente los tres grupos de la oposición han coincidido en esta investidura en desempolvar el adjetivo sustantivado de “comunistas”. Porque es dudoso que se hayan puesto de acuerdo. En poco más coincidieron los anti-tripartito, evidenciando lo que ya avanzó ESdiarioCV el día del inicio de la nueva legislatura: que Les Corts tiene ahora tres bloques, no dos.

Pero si rascamos un poco más en el discurso de Vega comprobaremos que hay dos alusiones a Francisco Franco a cuenta de la lengua, y dos a Manuela Carmena sustentadas en el feminismo y la inmigración.

La “lengua valenciana” centró la primera parte del discurso de la portavoz alicantina. La diputada la considera “el Caballo de Troya con el que ustedes (tripartito), y sus tentáculos sociales y mediáticos transmiten ideología marxista y nacionalista a los niños y jóvenes españoles”. A los españoles, así, en su conjunto, no parece que se les ofrezca -y mucho menos que se les obligue- a estudiar valenciano ni en valenciano. Hipérbole de guardia.

Y precisamente a cuenta de la lengua -que Vox cree que ahora es catalán porque hay un “genocidio cultural valenciano”- llegaron las dos alusiones a Francisco Franco: explícita una, cuando Vega citó al dictador diciendo con ironía que “impuso el castellano”, e implícita la otra, cuando aludió a los certificados de conocimiento del valenciano como “la prueba de formación del espíritu nacional” que hay que superar para poder acceder a trabajos públicos.

A Manuel Carmena sí la citó Vega por su nombre las dos veces en que apareció por su discurso. Una, para recordar la polémica frase de que todos los hombres nacen con el gen de la violencia. La otra, para criticar la bienvenida general a todos los inmigrantes de la que ha sido alcaldesa madrileña estos años, porque según Vox hay “culturas incompatibles con la nuestra”, y “en materia inmigratoria ni todo vale, ni todos valen”.