Koba Koindredi, la joven esperanza valencianista destinada a causar sensación
Un jugador de 17 años nacido en Nueva Caledonia ha sido titular con el Valencia CF en los dos primeros partidos de pretemporada. La nueva política de fichajes del club, a escena.
Numea es la capital del archipiélago oceánico de dependencia francesa que constituye la colectividad de Nueva Caledonia. De entre su población registrada a principios del presente siglo, de tan solo unos 90.000 habitantes, emergía una familia que se vería obligada a hacer escala en Yibuti durante esa época, puesto que el encargado de encarnar la figura paterna fue destinado allí en misión de paz.
Dicha situación afectó en grado máximo a nuestro protagonista, Koba Koindredi, quien se vio obligado a retrasar su incorporación a clubes de élite en categorías inferiores habida cuenta de ese tipo de vicisitudes familiares. Sin embargo, el escollo para el actual mediocampista valencianista no iba a resultar, ni mucho menos, insalvable. Tras unos años en las divisiones inferiores del modesto Frejus Saint-Raphael ya en su vuelta al territorio europeo del país galo, el RC Lens fue el primer club de cierta entidad en apostar por sus cualidades como mediocentro. Por aquel entonces, Koba Koindredi (octubre de 2001) ya contaba con 15 años.
Y ahí era precisamente donde empezaba a resultar factor diferencial el hecho de que Pablo Longoria - ojeador valencianista - contara con su bien ganada fama de descubridor de talentos alrededor de todo el globo que le acompaña. No obstante, llevarse a un joven talento destinado a marcar diferencias en el futuro no es fácil; prueba de ello la tendría el Valencia CF en las reticencias mostradas por un club como el RC Lens, que si bien llegó a ser campeón de la Ligue 1 hace no mucho tiempo, ahora mismo se encuentra fuera de la máxima categoría.
Inesperadamente, la institución del norte de Francia, pese a los comienzos prometedores de Koba, optaba por añadir un capítulo más a su odisea en busca de alcanzar el fútbol de élite al tratar de postergar su salida de forma desmesurada. Ascenderle al equipo sub-19 para dificultarle la titularidad; o dejarle casi medio año en la grada por su negativa a la renovación - hasta que el pasado mes de enero el Valencia logró desbloquear esa situación - no constituían sino un mayor número de pequeñas piedras en el camino del jovencísimo centrocampista galo.
Y todo ello en una trayectoria que, a pesar de haber vivido más de un sobresalto para su temprana edad, se presenta meteórica. Un mes enrolado en el Juvenil A se antojó suficiente para que Marcelino, el pasado febrero, probara a Koindredi como integrante habitual de los entrenamientos del primer equipo. "Será muy bueno si nada se tuerce", o "su potencial es muy grande teniendo en cuenta que sólo lleva poco más de dos años jugando al fútbol de manera totalmente organizada", son algunas de las manifestaciones escuchadas en el seno del cuerpo técnico del preparador asturiano recientemente.
Su brillante actuación en el tradicional Torneo Esperanzas de Toulon, o la titularidad concedida por el propio Marcelino en los dos primeros compromisos valencianistas de pretemporada hablan bien a las claras de quien, una vez más, parece dispuesto seguir quemando etapas con inusual celeridad. Parejo, Kondogbia o Coquelin ya, de buenas a primeras, parecen contar en la posición de mediocentro con más competencia que semanas... o incluso días atrás.