El sacerdote marianista 'valenciano' que huyó de la SS
La Iglesia católica celebra este martes la festividad del beato Santiago Gapp, perseguido por sus predicaciones contrarias al "Reich", y que pasó un año acogido en la capital del Turia.
El beato Santiago Gapp, sacerdote austriaco de la Compañía de María, cuando se cumplen 77 años desde que fue descubierto por la Gestapo en Valencia, a donde había llegado procedente de su país natal perseguido por el régimen nazi, por sus predicaciones contrarias a él.
Gapp fue localizado por la policía secreta nazi en 1942 en Valencia, cuando llevaba un año en clases de latín y alemán en Colegio de El Pilar, acogido por la comunidad religiosa del centro docente valenciano de su misma congregación, según ha indicado el marianista José María Salaverri, autor de la biografía 'Santiago Gapp, pasión por la verdad frente al nazismo'.
Fue entonces cuando dos colaboradores de la Gestapo llegaron a la capital del Turia y "se ganaron durante meses la confianza de Gapp", al hacerse pasar por judíos también perseguidos hasta convencerle mediante engaños para viajar a San Sebastián a recibir a unos supuestos familiares, informa el Arzobispado en un comunicado.
El 9 de noviembre de 1942, cuando paseaban con el religioso por la costa guipuzcoana, entraron en Hendaya -entonces en la Francia ocupada por el régimen nazi- y fue de inmediato arrestado. Tras ser torturado y encarcelado murió decapitado en Berlín en 1943. El Papa Juan Pablo II lo beatificó en 1996 y sus reliquias se veneran actualmente en Inssbruck (Austria).
Los religiosos marianistas celebran este martes misas en su honor en sus comunidades, entre ellas en el Colegio de El Pilar, donde a todos los alumnos de Bachillerato es presentado "tanto en clases de Historia como en ejercicios espirituales, como modelo de fe" y en el que Gapp dio clases de alemán entre 1941 y 1942 y donde se venera una reliquia suya en una capilla que permanece abierta en agosto, de 9:00 a 13:00 horas.
"Con un millón de Jakobs Gapp, dominaríamos el mundo"
Desde la Archidiócesis de Valencia destacan que el caso de Gapp "impresionó al propio Heinrich Himmler, máximo responsable de la Gestapo", que aseguró que "con un millón de Jakobs Gapp, pero de nuestra ideología, dominaríamos el mundo".
En el proceso de beatificación del marianista "fue clave" el testimonio de uno de los torturadores nazis, el antiguo pastor protestante Karl Neuhaus, ante la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano.
"No os aflijáis por mí"
En una carta escrita a sus familiares desde la prisión berlinesa de Plötzensee, horas antes de su ejecución, Gapp les decía sus últimas palabras. "Me han condenado a muerte el 2 de julio, fiesta del Sagrado Corazón. Hoy será ejecutada la sentencia. A las 7 de la tarde, iré a casa de mi querido Salvador, a quien siempre amé fervientemente. ¡No os aflijáis por mí! Soy totalmente feliz".
La misiva seguía: "naturalmente, he tenido que pasar muchas horas penosas, pero he podido prepararme muy bien a la muerte. Tened ánimo, y soportadlo todo por amor a Dios, para que nos podamos volver a encontrar en el cielo".