El Valencia se deja dos puntos en tiempos revueltos
Valencia 1 - Real Sociedad 1. Los de Marcelino no saben rematar una victoria que se les terminó por escapar en el minuto... ¡100!.
La tarde se presentaba algo confusa en Mestalla desde el primer instante. Sólo así se explica que Rodrigo Moreno, después de las vicisitudes vividas en torno a su traspaso durante la semana, portara el brazalete de capitán; eso sí, por mor de las trascendentales ausencias de Parejo y Gayá. La ovación al hispano-brasileño contrastaba con el hecho de que arreciaran las críticas hacia la figura de Peter Lim, dándose un siempre peligroso contenido extra futbolístico a la tarde.
Probablemente impregnado de todo ello, al Valencia le costó arrancar en lo que a hilvanar jugadas de ataque se refiere. Del bando realista cayeron las primeras oportunidades, con un acertado Cillessen tapando primero un remate de Januzaj y, especialmente, uno de Mikel Merino que bien pudo envenenarse tras rebote. Hubo que esperar para que Gonçalo Guedes pusiera a prueba los reflejos de cancerbero ex valencianista Moyá al buscar el ángulo superior de su marco desde la frontal.
No obstante, la principal exhibición de aptitudes por parte del arquero visitante, también frente a Guedes, tuvo lugar en torno al minuto 25, cuando Gameiro profundizó para buscar un pase de la muerte que el luso no acertaría a convertir después de encontrarse con la felina intervención del propio Moyá. El contexto era cada vez más de un partido abierto en el que la Real Sociedad, de la misma manera, continuaba gozando de ocasiones. Casi de milagro se salvó el conjunto de Marcelino cuando, al filo del descanso, Willian José no acertaba a concretar el centro atrás de Oyarzábal en inmejorable posición.
Más controlado por los locales estuvo un primer tramo del segundo acto en el que no realizaron esas concesiones defensivas y, además, encontraron la posibilidad de abrir el marcador. Corría el minuto 60 cuando Daniel Wass logró profundizar por el costado derecho para que Kevin Gameiro, al filo de la situación antirreglamentaria, se estirara para impulsar el cuero al fondo de la red (1-0 min. 60).
A partir de ahí, el Valencia se encontraría su tradicional hábitat más favorable. Con la Real volcada, Moyá ejercía de hombre libre con el peligro que eso para su equipo entrañaba. Rodrigo supo cazarle en una oportunidad, pero su remate lejano se estrellaba mansamente en la base del palo. Más clara resultaría todavía la opción que Gameiro desaprovechaba al filo del tiempo reglamentario. La porfía de Cheryshev le reportaba la consecución de una pena máxima que el galo marraba al enviar el esférico a las nubes.
Pero las penas - máximas en este caso - no acostumbran a llegar solas. Una inocente pérdida de balón obligaba a Garay a conceder un golpe franco en la frontal del área que acabaría por desembocar en penalti tras Coquelin - supuso su expulsión por segunda amarilla - cortar con el brazo el lanzamiento de Willian José. Oyarzábal, en el minuto 100, asestaba la puñalada definitiva desde los once metros al batir a Cillessen. Duro castigo que puede contribuir a enrarecer aún un poco más un ya bastante caldeado ambiente.