El Levante resucita desde el punto de penalti
Levante 2 - Villarreal 1. Los granotas consiguen sobreponerse a unos primeros minutos desastrosos para aliarse con las decisiones del VAR y lograr los tres primeros puntos de la temporada.
La mayor parte de enfrentamientos del Levante UD durante el pasado curso estuvieron cortados por el patrón que imperó la pasada noche en el Ciutat. Encuentros vertiginosos y de ida y vuelta como el de esta segunda jornada que, esta vez, además nos permite establecer unas fases claramente diferenciadas en torno al mismo.
30 primeros minutos de aplastamiento amarillo
… ¡y con pitos en la grada pese a ser los primeros instantes del debut levantinista como local! Bajo esos parámetros transcurrió una primera media hora tan avasalladora en el juego por parte visitante, como "esperanzadora" para el Levante en relación al castigo que sufrió. Y es que sólo Gerard Moreno, ya a los tres minutos, logró batir a Aitor (0-1 min. 3) pese a los innumerables acercamientos de los de Calleja.
De hasta tres diáfanas oportunidades dispuso Ekambi en situaciones similares a las del primer gol: balón en profundidad a la espalada de la defensa que le dejaba en posición más que ventajosa. Si bien en la primera de ellas el camerunés supo encontrar al delantero catalán para empujar, entre las intervenciones providenciales de Aitor y su mala puntería quedaron en agua de borras las otras tres. El cancerbero vasco redondeaba su magnífica actuación parcial con otra gran parada al propio Gerard Moreno para posibilitar lo que sería casi un milagro: que la contienda permaneciera abierta al concluir este su primer tercio.
Entre el 30 y el 60 apareció la disputa
Las primeras señales de desasosiego visitantes relacionadas con el hecho de no haber sabido rematar el partido espolearon al Levante. Sacudirse progresivamente el dominio y efectuar los primeros remates dirigidos al marco rival, aunque tímidamente por parte de Rochina y Sergio León, era todo uno. Ekambi y Chukwueze ya no aparecían permanentemente en zona de remate, por lo que la expectación del público se cifraba en comprobar si las inminentes novedades que Paco López se aprestaba a introducir desde el banquillo darían con el efecto deseado de revulsivo que capacitara a los suyos para aspirar a algo más que simplemente a emparejar el duelo.
La locura y el VAR, protagonistas de la última media hora
Por fin los granotas apretaban. La sucesión de córners de los que empezaban a disfrutar daría con una contacto de Ekambi sobre Bardhi en zona de rechace que, a priori, pasó desapercibido. Para todos, menos para un VAR que decretó que Munuera Montero se dirigiera al punto de penalti para que Morales - también si por la primera impresión nos guiamos - desperdiciara tan inmejorable oportunidad. No fue así para el mismísimo videoarbitraje, el cual mandó repetir el lanzamiento por interpretar que el meta amarillo, Andrés Fernández, se adelantó en su intervención. Roger, recién ingresado, convertía en gol dicha repetición de la pena máxima de forma apurada (1-1 min.68).
El cuadro castellonense empezó a dar unos síntomas de aturdimiento que precisamente su arquero ejemplificaba como nadie, al tratar de regatear al propio Roger para iniciar el ataque de forma algo temeraria. Eso acostumbra a ser algo que el punta de Torrent no suele dejar pasar por alto como hizo en esta ocasión al provocar otra pena máxima que él mismo volvería a transformar (2-1 min. 73).
Los cambios levantinistas ya habían marcado el punto de inflexión requerido - también Hernani estuvo a punto de marcar -, y pese a que Ontiveros y, una vez más, Gerard Moreno disponían de opciones de igualada en las postrimerías, el fútbol parecía o empeñado en devolver lo que otros días - por ejemplo en Vitoria - hurtó al Levante UD.