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El único y exclusivo culpable

El desenlace de la historia que hemos vivido esta semana ya estaba escrito desde el 28 de abril. Pedro Sánchez nunca ha tenido voluntad de llegar a ningún acuerdo de gobierno

El único y exclusivo culpable

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No, no ha fracasado la clase política de España. No han fracasado “los partidos” como venden todas las terminales mediáticas de Moncloa. Me niego a caer en el relato sanchista que desde hace meses fabrica Iván Redondo desde la presidencia del Gobierno usando dinero público y contaminando las instituciones del Estado para tenerlas a su servicio, desde el CIS pasando por TVE. Deje que el relato lo compre El País o el diario del no periodista Escolar. Sea usted más listo y analice.

El único culpable de que vayamos a elecciones sin necesidad es el Kennedy del todo a cien. El Macron del mercadillo. La copia cutre de Trudeau al que plagia los vídeos. El ególatra, que está tan divinizado por sus gurús Redondo, Tezanos y cía y sus chicas del triunvirato ‘no bonita no’ Calvo, la nini Lastra y la chiqui ministra Montero, que ha forzado esto convencido de que el 10 de noviembre va a ir toda España a las urnas a echarse de nuevo en sus brazos con más mayoría que nunca. En nuestras manos está que no se cumplan sus palabras.

El desenlace de la historia que hemos vivido esta semana ya estaba escrito desde el 28 de abril. Pedro Sánchez nunca ha tenido voluntad de llegar a ningún acuerdo de gobierno. Buscaba la repetición electoral sí o sí que hasta sería capaz de pedirle a los suyos que votarán en contra en una nueva investidura con tal de repetir elecciones.

La aritmética parlamentaria permitía a Sánchez explorar varias vías de formar gobierno a su izquierda y derecha. Y ha despreciado todas. Y no ha sido por falta de voluntad del resto. ¡Hasta Rufián salió en exclusiva en la portada de La Razón pidiendo un acuerdo de gobierno!

Podemos, el socio preferente, con el que parece más fácil llegar a un acuerdo, se ha bajado los pantalones una y otra vez. Hasta aceptó que Pablo Iglesias no estuviera en el gobierno y rebajó sus pretensiones de ministerios. Pero ya saben, ‘no es no’. Y en un ataque de sinvergonzonería, el relato sanchista aseguraba que el gobierno de coalición que valía en julio ya no servía en septiembre.

Sin que sirva de precedente, entiendo perfectamente la postura de Podemos. Sánchez y sus lacayos los han humillado constantemente a lo largo de estos 140 días. Y ellos iban tragando a ver si por fin pisaban moqueta ministerial. Pero toda humillación tiene un límite, todos tenemos algo de orgullo, y llega un momento en el que nos cansamos de que nos tomen el pelo.

La excusa de que en España no puede haber un gobierno de coalición o que los ciudadanos dejaron claro que sólo quieren al PSOE en el gobierno es tronchante. Tronchante porque el PSOE ha pactado gobiernos con Podemos y los indepes en todas las CCAA y ayuntamientos donde ha podido, en la mayoría sin ser la fuerza más votada ¿Por qué el gobierno que vale para la Comunitat Valenciana o La Rioja no vale para España? Que lo explique la iluminada de Carmen Calvo.

La opción Ciudadanos parecía menos probable, pero era factible. Rivera fue el más beligerante en su no a Sánchez, tanto que le ha costado deserciones del sector más izquierdista de su partido, pero todos conocemos a Rivera y su política a golpe de hacer lo que manda el día aunque sea desdecirse de lo del día anterior. Así que sopló el viento y la veleta giró, giró y propuso la abstención a cambio de tres condiciones.

Rivera puede ser el más damnificado si hay elecciones, y simplemente se puso la venda antes de la herida. Que Sánchez acepta, pues evita unas elecciones en las que puede salir debilitado y se apunta el tanto de hacer entrar al PSOE en razón.

Que Sánchez dice no o responde con un truco como todos esperaban, pues Rivera se quita el sambenito de que le acusen de que no intentó evitar la repetición electoral. La propuesta de Rivera era en realidad su primer acto de campaña, porque muy iluso hay que ser si se piensa que Sánchez iba a romper su hoja de ruta.

Tras 140 días mareando la perdiz, el Kennedy del todo a cien ya lo ha conseguido. Nos manda a elecciones por su propio ego, importándole un pito la parálisis del gobierno, de las inversiones o de los retos que tenemos que afrontar. Y nos mandará a unas terceras elecciones si hace falta. Ya lo quiso hacer en las últimas que ganó Rajoy. En nuestras manos está evitarlo. Nos han vuelto a dar voz, y miremos el lado positivo: podemos corregir lo que salió el 28 de abril tras haber visto estos meses cómo se han comportado los actores políticos.

Así que, entiendo que estés enfadado. Que te parezca esto un país de pandereta. Pero el 10 de noviembre sal a votar. Id a votar en masa. No dejéis que gane el relato sanchista y que os sigan tomando el pelo. Da igual que seas de izquierdas o de derechas, pero sal a votar.

Vota a quien sea: a Podemos, a Vox, al PP… Pero castiga con tu voto al único y exclusivo responsable de todo esto: Pedro Sánchez. Esto no es una cuestión de que el 10N gane la izquierda o la derecha, es de tirar a este personaje tóxico de una vez de la vida política y que el gobierno, lo presida quien lo presida, recupere su labor y su dignidad.