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El general que despertó tras 500 años

Los conflictos en la Europa Oriental se arrastran de manera casi cíclica desde siglos atrás. Los héroes nacionales, condenados a no descansar nunca, aún inspiran los combates de hoy en día

El general que despertó tras 500 años

Publicado por
Juanjo Crespo *

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En 1460 nació en una villa -que ahora es parte de Bielorrusia- un noble que desde bien pequeño se enamoró de las armas y de la milicia. Constantino Ostrogski se enroló en los ejércitos del Gran Duque de Lituania, para quien ganó más de 30 batallas contra el Imperio Ruso.

Sin duda alguna, el combate que lo encumbró como héroe nacional fue la batalla de Orsha en 1514, donde al frente de poco más de 30.000 lituanos, polacos y ucranianos, frenó el avance del Gran Duque de Moscú que lideraba un ejército de más de 80.000 soldados que parecía invencible. Sin esa gran victoria, aquel impresionante ejército ruso habría aniquilado las pocas ciudades que aún se resistían al vasallaje de Moscú.

Constantino Ostrogski falleció en 1530 y su funeral fue el de un gran líder militar, el de un caudillo respetado por aquellos pueblos que tan acostumbrados estuvieron a luchar para hacerse un hueco en los mapas y en la Historia de Europa. Cerró los ojos y plácidamente se entregó al descanso eterno. O casi.

En 2014, 500 años después de su mítica victoria, el general Ostrogski dio un salto en su tumba. La península ucraniana de Crimea amaneció tomada por un extraño ejército. Eran soldados, perfectamente uniformados y equipados, pero que no portaban distintivos ni banderas.

Aquel ejército de “hombrecillos verdes” -como la prensa los calificó en un primer momento- no era desconocido para él. Sabía que eran los hijos de aquellos a quienes venció en la batalla de Orsha.

La toma de la península de Crimea fue la apoteosis de la guerra híbrida con la que Putin, como nuevo Gran Duque de Moscú, movió todo el tablero internacional en 2014. Rusia ya no necesitaba ni a los jinetes tártaros ni a los temibles cosacos -contra los que se enfrentó Ostrogski- para sus conquistas.

Este nuevo ejército ruso tomó Crimea no a base de cañonazos sino con andanadas de Tweets lanzados desde cuentas virtuales. Así se cambió la percepción y la opinión pública. Luego llegaron algunas Fake News (un accidente en una planta energética, el corte de suministro para dejar sin agua enclaves pro rusos….), y por último, los “hombrecillos verdes” que tomaron la península en horas y organizaron un referéndum exprés en días.

Crimea cayó en 2014 y desde entonces Ostrogski no ha vuelto a descansar. Le consuela, eso sí, que una nueva unidad militar le haya nombrado oficialmente su patrón y guía.

En 2015 los gobiernos de Lituania, Polonia y Ucrania decidieron crear la Brigada “Constantino Ostrogski” con base en la ciudad polaca de Lublin (Polonia). Esta unidad ha incorporado algunas capacidades para contrarrestar las nuevas técnicas de un viejo enemigo, como los vehículos con altavoces de gran alcance para lanzar mensajes que mitiguen la propaganda y las noticias falsas.

Es una nueva manera de luchar, en la que también tienen un papel fundamental las unidades de operaciones especiales (´boinas verdes´) y las de operaciones de información (bien desde redes sociales, bien desde plataformas con capacidad de emisión).

Precisamente esta semana, la Brigada –que acaba de cumplir 4 años- está recibiendo instrucción del ejército de EEUU en estas materias: durante las maniobras `Rapid Trident 19´ esta nueva unidad se integrará con especialistas norteamericanos con la esperanza de aprender de los errores y de la falta de formación que provocaron la caída de Crimea.

En la Tumba al Soldado Desconocido que se erige en Varsovia, existe una inscripción para recordar la batalla de Orsha. Pocas cosas hay más en el mundo que unan tanto a lituanos, polacos y ucranianos como aquella victoria bajo las órdenes de Ostrogski.

Como si de un santo se tratara, hoy esta nueva Brigada que lleva su nombre se encomienda a él para hacer frente a Rusia. En 500 años no ha encontrado el sosiego. Sus tierras han sido ocupadas y reocupadas por pequeños pueblos eslavos, por los zares rusos, los nazis y por los soviéticos. Una tierra que aún busca su sitio y su destino.

Cosntantino Ostrogski aún no puede descansar. Ya no escucha el chasquido de las espadas ucranianas golpeando contra los sables cosacos. Ahora se oye la cabecera de las noticias y los teclados de los móviles. Suficiente para quitarle el sueño.

*Experto en Seguridad y Geoestrategia.

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