Valencia, 2; Alavés, 1. Triunfo por el fútbol y por la libertad
Victoria ante el Alavés por 2-1, con goles de Maxi Gómez y Parejo para el Valencia, en un partido que será recordado por la rebelión de la afición ante la censura que ejerce el club.
Antes del fútbol, el contexto social. La semana venía marcada por la denuncia pública de Santi Cañizares de que el club había anulado el proyecto de investigación sobre el cáncer infantil por las críticas del exportero a Peter Lim. Movilización masiva en las redes y comunicado del club matizando lo ocurrido, a duras penas.
En las horas previas al partido, el club envía una orden a los medios sobre la prohibición de grabación de imágenes de la llegada de los jugadores al campo. Insólito que se prohíba grabar desde la calle, amparándose de una ley que no existe. El club también exige al operador de televisión que no muestre las protestas de ninguna clase.
Conforme llegaba la hora del partido, sonada manifestación contra Peter Lim y Anil Murthy en los exteriores de Mestalla. El club intenta silenciar los gritos elevando el volumen de la megafonía hasta más allá de lo humanamente soportable. Los tímpanos a punto de explotar y las redes arden de nuevo.
Ahora, hablemos de fútbol. De nuevo, Celades volvió a recurrir al 4-4-2 de Marcelino. Cillessen; Wass, Paulista, Garay, Jaume Costa; Parejo, Coquelin, Cheryshev, Ferran; Rodrigo y Maxi Gómez. Lo más destacado, que Ferran Torres se asienta en el once.
Durante la primera parte, el Valencia dominaba el partido, sin grandes alardes. En el minuto 26, Rodrigo pasa un balón entre líneas para Maxi, que protege bien la pelota, y bate al portero de Jávea Antonio Sivera. Cuarto gol para el uruguayo, que se convierte en el máximo anotador del Valencia, empatado con Parejo. La primera parte concluyó sin mayores sustos, con Francis Coquelin, soberbio, como el jugador más destacado.
El Alavés de Garitano empezó la segunda parte con más capacidad de crear peligro. Lucas Pérez y Joselu estuvieron cerca de sorprender a Cillessen. Rodrigo, con un ojo hinchado como una pelota de tenis, tuvo que retirarse y dejar paso a Manu Vallejo.
El partido se tuvo que detener por un problema en la iluminación del estadio. El público levantó sus teléfonos al cielo y volvió a entonar el ‘Peter, vete ya’, en una performance improvisada, que tuvo su punto bello y rebelde, como reivindicación de la libertad y la decencia. Anil mandaba callar a la afición con un gesto que le retrata.
El partido se reanudó con las luces a medio rendimiento, en penumbra. El Alavés seguía atacando y el Valencia continuaba defendiéndose con oficio. Celades necesitaría contar con un centrocampista más para jugar por el centro. Mientras no exista ese jugador, creativo, de corte similar a Parejo, el técnico catalán nunca podrá implantar su deseado 4-3-3.
Hasta que eso ocurra, por suerte, la herencia de Marcelino y Mateu sigue firme, a pesar del vendaval de emociones negativas al que han sido sometidos estos futbolistas. La afición adora a estos jugadores y no les dejará solos. Celades se ha ganado el respeto de todos, por su educación, personalidad y respeto hacia el testigo que ha recogido.
A 10 para el final, Sivera comete penalti sobre Parejo. El capitán lo transforma y se redime de su error ante el Ajax. Por el centro, a lo Panenka, así se le planta cara a los traumas. Premio para el que siempre está y nunca se borra.
A punto de llegar al descuento, el Alavés marcó el 2-1, obra de Lucas. Esto convirtió los seis minutos de alargue en una agonía para Mestalla y, al mismo tiempo, sirvió para despedir el partido con euforia. Es la primera victoria de Celades en casa. Todo está por escribir en esta temporada. El equipo se queda a un punto de la Champions y a seis del líder, el Real Madrid. El sábado 19, visita al Wanda, al regreso del parón.
Por encima de todo, una consideración final. La ciudad de València es libre, le pese a quien le pese. Hay que ir mucho al cine y bastante al fútbol. A cultivarse y a disfrutar de la vida. Contra los censores y los intolerantes.