El partido que desmiente a García (1-1)
La semana en que el mito de la radio dijo que el fútbol femenino era mentira, los chicos del Valencia y del Sevilla demuestran que, para caduco, el esperpento que se ha vivido en Mestalla.
Décimo partido dirigido por Albert Celades en el Valencia. 13 goles a favor y 18 en contra. Que alguien llame a Marcelino y le pida perdón, allí donde esté. Yo, seré la primera. Sería una necia si no admitiera que este equipo ha empeorado sin él, por más aburrido que fuera ver jugar a su equipo y por más soberbio que fuera él. Nunca he sido de las de malo conocido, pero esto de ahora no tiene nombre. Ya nos podemos ir despidiendo de la temporada en Mestalla.
Este equipo no sabe a qué juega, con un entrenador que duda sobre si tocar la pelota o montar la contra. Los jugadores están desorientados, no saben cómo defender, ni cómo atacar. García, las chicas no tendremos tanta fuerza, pero siempre sabemos por dónde tirar en la vida. Y ante todo, no tenemos esta cara de deprimidas de flequillo lacio.
El Sevilla, máximo rival para conseguir la cuarta plaza, dominó durante la mayor parte del partido. Lopetegui ganó la partida a Celades y estableció un marcaje especial a Parejo, que quedó anulado. Para colmo, Coquelin se lesionó, con lo que el doble pivote quedó completamente eclipsado. En el descuento de la primera parte, Ocampos avanzó a los andaluces ante la cantada general de la defensa y de Cillessen en particular.
En la segunda parte, el Sevilla pudo ampliar su ventaja pero Celades, sí, Celades, tuvo cierta lucidez para sacar del campo a Kang In y meter a Rubén Sobrino. Sea casualidad o no, suyo fue el gol del empate, después de un centro de Parejo. Los últimos 10 minutos pudieron suponer la remontada del Valencia, pero Maxi falló la ocasión más clara. Poca historia más para un equipo llamado a cualquier cosa menos a hacer Historia. El odio sobre el que se han tomado todas las decisiones lo ha enviado todo al traste.
En resumen, o, mejor dicho, mi resumen: el fútbol femenino se reivindicó en Mestalla, ante el pésimo espectáculo de los chicos. Todo en la semana en la que el otrora líder de la noche radiofónica quiso dinamitar los pasos que las chicas estamos dando. Viscerales y faltones son casi todos. Genios sólo hay uno: José María García.