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Elecciones 10-N: quién ataca a quién y por qué en la Comunidad Valenciana

Mientras que las estrategias de algunos partidos están centradas en movilizar a un votante más general, otros apuestan por un nicho concreto e incluso alguno opta por desmovilizar al rival

Elecciones 10-N: quién ataca a quién y por qué en la Comunidad Valenciana

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Al filósofo bélico chino Sun Tzu se le atribuye El arte de la guerra, una de las obras que ha servido de referente a lo largo de la historia a numerosos dirigentes en campañas militares. Se llega a considerar el libro de cabecera del mismísimo Napoleón Bonaparte.

En su compendio literario, Sun Tzu lanza una serie de máximas. Una de las que ha pasado a la posteridad, posiblemente con cierta distorsión respecto a su redacción original, es la conocida "la mejor defensa es un buen ataque". Va en la línea de la proclama de otro erudito de la estrategia militar, el romano Vegecio, quien sentenciaba que "si quieres la paz, prepara la guerra" (si vis pacem, para bellum). En cualquier caso, y volviendo a Sun Tzu, también aconsejaba "cansar a los enemigos manteniéndolos ocupados y no dejándoles respirar".

Esta última idea, sumada a la del ataque, se puede trasladar a la dinámica política electoral. De hecho, se aprecia en los discursos y debates en los que intervienen los candidatos por las circunscripciones valencianas de los principales partidos que compiten en esta campaña electoral. En los primeros días hemos podido comprobar quién ataca a quién porque busca arrancarle cuota de su nicho de mercado. Y quién trata simplemente de zafarse de la arremetida de sus rivales. Todo ello sumado a sus frases ´clave´en esta estrategia.

Arrancada la campaña electoral más corta, vamos a intentar desglosarlo en los siguientes párrafos, encabezados por cada partido.

PSPV-PSOE. La única solución de cara a evitar un bloqueo y permitir gobierno consiste en votarle. Sus golpes van destinados a Unidas Podemos, por llevar la situación hasta las elecciones y no haber querido el pacto, y a Ciudadanos, como segundo coautor, por omisión en votar a favor de los socialistas, del bloqueo. De momento no están repitiendo tanto lo de las tres derechas, aunque, conforme avance la campaña y en función de las encuestas, podría volver a convertirse en una de sus banderas. Sí que golpea a PP con alusiones a pactos con Vox. Su mensaje lo centra en la movilización, que fue una de las claves de su ascenso en abril.

PP. Ha retomado su discurso clásico. Insiste en la economía para tratar de demostrar su solvencia en gestión y desmerecer al PSOE para superar un inminente declive económico. Orienta totalmente sus críticas al Partido Socialista, al que acusa de todos los males y torpezas posibles. Insiste en recordar su proyecto de España Suma para exhibirse cómo el aunador de esfuerzos en el centroderecha y en desmerecer al PSOE para desmovilizar a quien lo votó en abril y no lo hizo tres años antes. Busca más desmovilizar. Sobre todo al electorado de centro, para lo que lanza también dardos a Cs (no unirse al citado España Suma). Quiere que no vote ni a PSOE ni a Ciudadanos. Mejor que se quede en casa. Confía en tener sus votos más asegurados y fidelizados.

Ciudadanos. Ha dado un giro a su discurso. Ahora atribuye constantemente el que no pactar con el PSOE en estos meses a los gritos de "con Rivera no" en el fragor de la noche electoral y a su promesa de no hacerlo. En contraposición, propone un gran pacto y asegura que será garantía de que no se produzca a partir del 11 de noviembre el bloqueo que ha marcado la anterior y exigua legislatura. Alude continuamente a todos los colectivos sociales posibles (siempre con la palabra autónomo destacada) para subrayar su vertiente ciudadana y tratar de apelar al voto de todos los estratos. Su Vamos de enérgico ánimo de la pasada campaña como lema ha pasado al Sí se puede actual para superar el contexto negativo y arengar a la movilización frente al desánimo.

Unidas Podemos. Alterna las críticas entre el PSOE y Més Compromís. Al primero le culpa directamente de la imposibilidad de formar gobierno y repetirá la misma cantinela hasta el final. Tanto para socialistas como para podemistas constituye una baza estratégica fundamental convencer al electorado de que la culpa de lo que ha pasado la tiene el otro partido. Sabe del hastío del votante y le pide un último esfuerzo apelando a sus ya clásicos lemas de complot de los grandes poderes para formar un gobierno PSOE-Ciudadanos, a que es la única formación que garantiza una mejora de salarios y derechos de personas con menos recursos y al feminismo combativo. Le importa la movilización, pero menos que al PSOE. Prefiere la movilización selectiva, la de personas que se consideran de izquierdas, frente al grupo socialista, que mueve una franja más amplia, también de centro.

Vox. Carga contra todos. Su táctica consiste en mostrarse diferente al resto. Incluso llega a colocar a los otros cuatro grandes (PSOE, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos) en un único bloque al que achaca todos los fallos del sistema. Sabe que su votante es, a tenor de las últimas encuestas, el que más claro tiene repetir respecto a su pronunciamiento de hace medio año. Trata de arañar sufragios a PP y a Ciudadanos, desmereciendo la capacidad de gestión y tratando de mostrar mayor contundencia ante hechos como los de Cataluña, que enervan a votantes de los tres partidos. El que aporte soluciones más drásticas puede recabar más la atención de ese votante. Su movilización es mucho más selectiva. A priori, le viene bien la desmovilización de parte del votante de Ciudadanos.

Més Compromís. Discurso centrado en valencianismo y progresismo. Martillea a PSOE, al que culpa del bloqueo y de la falta de la financiación adecuada de la Comunidad Valenciana, e insiste en atizar a Unidas Podemos, del que hace hincapié en su "incapacidad de negociar". Sabe que su mejora pasa por arañar votos a ambos. Trata de movilizar al votante joven, más hastiado por la repetición electoral, con un perfil juvenil y ecologista. Pretende recabar nuevos votos de ambos y rascar de votantes que confiaron en socialistas o podemistas en abril pero que ahora están indignados por la falta de gobierno. Quiere que en su desilusión opten por esta tercera vía de izquierdas, de Mónica Oltra y el Más País de Íñigo Errejón. Por tanto, su movilización es más selectiva, como la de Podemos o Vox.

En definitiva, PP y Vox buscan, sobre todo, en el caladero de Ciudadanos, y PSOE y Compromís, en el de Unidas Podemos, mientras que los dos partidos más afectados por las andanadas tratan de cerrar filas y evitar deserciones. Todo ello teniendo en cuenta que las estrategias varían en función de las encuestas de la campaña y en cómo se resitúan los partidos tras el debate televisado de este lunes.

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