El ADN deja libres a los presuntos violadores de la discoteca 'La Indiana'
Los jóvenes, de 22 y 25 años, estaban en prisión desde el 1 de octubre acusados de agredir sexualmente a una chica en los servicios de la discoteca de la capital valenciana
El Juzgado de Instrucción número cuatro de València ha acordado dejar en libertad provisional a los dos jóvenes de 22 y 25 años que estaban en prisión desde el 1 de octubre por una presunta agresión sexual a una chica en los servicios de la discoteca 'La Indiana' de la capital valenciana.
Dicho juzgado ha tomado esta decisión tras recibir un informe de laboratorio que da resultado negativo al cotejo de ADN de los dos investigados con las muestras tomadas a la víctima, que fue quien identificó a los jóvenes.
Los dos jóvenes quedan ahora en libertad provisional, aunque el juzgado ha impuesto orden de alejamiento y prohibición de comunicación respecto a la víctima, así como la obligación de comparecer y firmar en los juzgados cada 15 días. La investigación continúa en marcha.
Según informó la Jefatura Superior de Policía tras lo ocurrido, los hechos sucedieron sobre las 7.30 horas del domingo 29 de septiembre, cuando la víctima se dirigió a los aseos del local y presuntamente unos jóvenes se le acercaron, la llevaron a la puerta de entrada de los servicios, la arrinconaron contra una pared y la agredieron sexualmente mientras la sujetaban con fuerza contra su voluntad.
Los policías, que encontraron a la chica muy nerviosa y llorando, detuvieron a los dos jóvenes considerados presuntos autores de los hechos a la salida del local.
La discoteca, a través de un comunicado, anunció su intención de personarse en la causa como acusación y aseguró que el personal de seguridad del establecimiento recorrió el local junto con la chica, una vez tuvo constancia de lo ocurrido, hasta que ella reconoció a uno de los implicados.
Fue el personal de limpieza de sala, cuando la sesión de la discoteca estaba aún en marcha, la que se dio cuenta de que estaba ocurriendo algún tipo de suceso en los aseos, según el establecimiento, que subrayó que "por desgracia no fueron detectados al producirse durante la sesión y en el interior de los cuartos de baño".
Tras la presunta violación, se produjeron dos días de protestas y movilizaciones a la puerta de la discoteca . En la primera de ellas, el local cerró sus puertas "por solidaridad con la víctima", pero el siguiente día festivo ya había retomado su actividad habitual.
Gritos de protesta, pancartas y sentadas en la calzada de la calle San Vicente fueron la forma de protestar de quienes increpaban a la seguridad del local con frases como " ¿dónde estaban cuando la violaban?" o "no quiero ser la siguiente".