Por mucho menos a Rita Barberá le persiguieron hasta el final
Los nacionalistas de Compromís han dejado de estar de dulce. El escándalo de la EMT que afecta a Ribó, el fracaso el 10-N, y un diputado reventando un acto con empresarios.
La pasada, fue una de las peores semanas para Compromís. El desfalco de 4 millones en la Empresa Municipal de Transportes de Valencia se ha transformado en el "caso Ribó". El alcalde no dijo la verdad sobre la relación de su cuñado con el bufete de abogados, que fue contratado a dedo por el concejal de Compromís, Guiseppe Grezi, el mismo que amenazó con irse al grupo de los no adscritos si el alcalde, su compañero, le relevaba como responsable político en la EMT.
La primera dimisión en la sociedad de autobuses tras la "desaparición" millonaria ha sido la del secretario del consejo de la empresa pública. El dinero se fue al Bank of China no en una o dos transferencias, sino en ocho transacciones.
La cosas en Compromís no parece que vayan bien. Tras el desastre electoral el 10-N, un diputado tan solo para los nacionalistas-una representación menor que Teruel Existe, que logró un parlamentario y dos senadores-; el diputado autonómico Josep Nadal reventó un encuentro con empresarios de toda España. Nadal, que acudía como invitado, se negó a hablar en castellano ante la petición educada de un representante canario.
El que fuera cantante del desaparecido grupo La Gossa Sorda se ha caracterizado en estos años de político profesional por ser un agitador en redes y por formar parte del núcleo duro de Compromís que abandera la imposición del valenciano como única lengua.