Este Valencia sueña a lo grande (2-1)
Rodrigo y Ferran Torres dejan al Valencia con 23 puntos tras la victoria frente al Villarreal (2-1). El equipo queda a tres puntos de la Champions, a expensas del partido del Atlético.
El partido será recordado por la bochornosa pitada a Mendieta en el descanso. Torpe maniobra del club la de poner al mito a los pies de los caballos, sabedores de que mucha gente le tenía ganas tras el malentendido de su ausencia en el Centenario. Gaizka nos dio algunos de los mejores momentos de nuestras vidas y es de una afición madura recibirle como tal.
La ciudad, colapsada, preparada para la maratón una vez más, y en un ambiente prenavideño que ya empieza a cansar antes de llegar a diciembre.
Una vez olvidado el pésimo partido en el campo del Betis, donde el equipo jugó andando por estar pensando en el Chelsea, el Valencia ha vuelto a demostrar el pundonor que tiene esta plantilla y la dedicación que le ponen en cada partido, como el pesado que se encarga de la lotería en el trabajo.
Tan sólo cuatro días después del recital de épica en la Champions, frente al Villarreal el Valencia ha logrado pasar por todas las fases que demuestran cuando un equipo tiene cabeza y corazón: Se ha puesto por delante, le han empatado, ha reaccionado y ha acabado ganando con un golazo de Ferran. Ésa sí que es una forma útil de correr y no la de los maratonianos.
Comenzó el partido el Valencia arrinconando al Villarreal. Parecían tener prisa los chicos de Celades en inclinar el partido hacia su lado. Eso sí, en el minuto 13, Mangala cometió un penalti torpe, como todo lo que hace Mangala.
Gerard Moreno asumió galones, en ausencia de Cazorla, pero Cillessen detuvo sin problemas.
En cualquier caso, el Villarreal ya había logrado hacerse con el mando del centro del campo y, por tanto, del partido. Parejo, perdió dos o tres balones y los de Calleja gozaron de sus mejores minutos. Parecía que el Valencia perdía gasolina por momentos, pero nada más lejos de la realidad. Celades realizó un cambio táctico que giró el duelo. Situó a Soler junto a Parejo y la sala de máquinas local empezó a producir fútbol de nuevo.
Entre Maxi y Rodrigo fabricaron el 1-0 apenas iniciada la segunda parte. Pero la alegría apenas le duró cinco minutos. La enésima pérdida de Parejo desembocó en una llegada de Anguissa que no perdonó desde la frontal.
Pero ahí estaba Ferran, para ejercer de goleador tras una magnífica combinación. Quedaban veinte minutos y muchos jugadores del Valencia daban síntomas de problemas físicos. Pero el carácter y el orgullo llegaban donde no lo hacían las piernas. El Valencia es puro pundonor. Como los maratonianos, las parejas que les soportan y como el pesado que reparte lotería en el trabajo. Santa paciencia.