Y después del 25-N, ¿qué podemos hacer?
La autora reflexiona sobre medidas prácticas para afrontar la violencia contra la mujer
2019 un año más de incertidumbre con esta terrible y angustiosa lacra social, día de manifestaciones, charlas, actos políticos, reivindicaciones, protestas, opiniones, debates,… todo cabe en un día como este, ya el viernes se celebraron ocho marchas, el sábado 21 y el domingo hubo un total de 43. El lunes, Día Internacional contra las Violencias Machistas, hubo 259 manifestaciones.
Salen a la calle miles de personas, para dar visibilización, para decir BASTA, NI UNA MÁS y miles de pancartas con mensajes llenos de veracidad con puños alzados con gritos épicos de derechos, voces graves estruendosas de reclamos de libertad, de igualdad, de una nueva era en la que no cabe la violencia de ningún tipo. Nos gustaría el debate, la discusión inteligente, el entendimiento humano, el respeto entre las personas, y finalmente, “los acuerdos” que tanto nos cuestan en el “gran hermano” de la vida.
Seguimos en estas protestas y críticas contra el androcentrismo, del patriarcado poderoso e intransigente, porque los que deberían hacer algo más no lo hacen, se esconden en sus mundos maravillosos de grandes y perfumados despachos donde cuentan a las personas como número de votos y no les importa ir más allá de lo que ocurra, cualquier momento o día como éste les vale para soltar su normalizado y preparado discurso, por cierto, falto de fundamento y con un contenido adecuado para parecer “que eres el estandarte de la lucha”, repartiendo después palmaditas y abrazos, pero con los bolsillos llenos de dinero.
Mentira tras mentira, nos siguen matando (El feminicidio que nuestra Ley no recoge) y las cifras nos avalan, la realidad nos explota en la cara día a día sin poderlo remediar, y es tan triste que hasta lo estamos normalizando, como que, vale, lo siento por ella, pero no me ha tocado a mí.
Sabemos la dificultad que tiene “La violencia del hombre sobre la mujer por el mero hecho de ser mujer” y tenemos una Ley pionera, pero que tiene que ir evolucionando sobre todo el seguridad y protección. Más destierros a los agresores, mayor vigilancia y persecución a los que se detecten como presuntos tipos peligrosos, mayor estudio de la criminología (de forma empírica) que parece olvidada en España con grandes estudiosos sobre este problema, pero que, ¿Dónde están?
¿Tenemos solución? La tenemos, hay mucho trabajo por hacer, pero sabemos que los recursos económicos no son los bastantes. Volvemos a la casilla de salida, no, no los hay, se escatima mucho más de lo que ustedes se piensan, puedo llegar a comprender hasta que muchas de las víctimas les cueste denunciar, ya que no tienen garantías reales y efectivas. Existen profesionales con muy buena voluntad de hacer, pero que también se ven ultra limitados a la hora de actuar y ello conlleva un gran peligro para las víctimas y para los profesionales mismos. ¿Cómo defenderse del miedo?, ¿Cómo se puede garantizar la seguridad?
Tenemos claros ejemplos de diputaciones, como la de Alicante, que son abanderadas en la lucha real y efectiva contra la Violencia de la Mujer, todo el año, día a día y para la ocasión han realizado diferentes actividades como:
- Instalación de banderolas en 50 farolas del centro de la ciudad con la imagen y el lema del 25N “Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran”.
- Campaña de visibilidad en los autobuses urbanos con la imagen y el lema del 25N “Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran”.
- Instalación en las bibliotecas públicas municipales de un punto específico de lecturas recomendadas y material de la Concejalía de Igualdad en el marco de la campaña 25N, entre otras publicaciones importantes.
- Diversas actividades dirigidas al alumnado.
Su forma de empezar a concienciar y visibilizar esta lacra social es realmente pionera, y debería de copiarse por el resto de Comunidades autónomas, al igual que el norte de España, también alarde de grandes trabajos e iniciativas.
Recordemos además las “formas de violencia” contra las mujeres, que se manifiesta de muchas formas, física, sexual, psicológica, social, económica, la trata de seres humanos, la mutilación genital, matrimonio infantil, violación, acoso sexual y por razón de sexo, insinuaciones de tipo coacción… tenemos al enemigo al lado y necesitamos con urgencia una clara renovación de las leyes y una aplicación de las penas ejemplarizantes, contundentes y que lleguen antes a la cabeza del posible asesino (La prevención) y que se lo piensen dos veces, que sientan el aliento, la respiración de la justicia en su nuca.
Por último, a ver si los dirigentes de los municipios apuestan más por grupos policiales profesionalizados, formados y sensibilizados con el tema para no solo prevenir el delito, sino para que todos podamos vivir en paz y en convivencia. No sé a qué esperan.
*Grupo EmeDdona