Mujer y cambio climático: dos retos de una realidad
Lástima que las jóvenes activistas tengan que escuchar faltas de respeto a nuestros representantes por parte de falsos ídolos que no merecen su estrella
En la era de las comunicaciones, poca gente puede sucumbir a la realidad de su influencia, ya que por un medio u otro, todos recibimos sus mensajes, y vivimos las realidades que nos van contando, con sus versiones distintas, en lo que denominamos “los temas de actualidad”.
Evidentemente desde la pasada semana el tema actual se desarrolla en Madrid, pero tiene un ámbito e importancia mundial, como lo es la celebración de la COP25, o la Cumbre del Cambio Climático, como se nombra habitualmente. No sólo es importante por el tema que aborda, que nos incumbe a todos, sino también porque, cómo estamos viendo pone, a través de Madrid, a España en el centro del mundo. Destaca nuestra capacidad de liderar, organizar, acoger, y ser sensibles ante los problemas actuales.
No es de extrañar pues, como he comentado ya en otros ámbitos, que la mujer sea de distintas maneras la protagonista. En la sensibilización y difusión de los problemas ante la acción humana, la joven sueca Greta Thunberg tiene, con su presencia, movilizado a una parte importante de los medios mundiales, para que así el grito para salvar el planeta llegue a más sitios.
U otra joven, la alemana Luis Neuber, también activista, que ayudan a visibilizar la realidad del problema. O la americana Alexandria Villaseñor, que ha llevado la voz de la concienciación desde Nueva York, y ha fundado Earth Uprising, asociación basada en la educación sobre el cambio climático.
Lástima que estas jóvenes, y muchos más que están participando en la Cumbre, tengan que escuchar descalificaciones y faltas de respeto a nuestros representantes, que manifiestan síntomas de autoritarismo, nula educación y ansias de protagonismo. Porque no sólo faltan al respeto a la autoridad, también nos ofenden a los que somos de aquí, y especialmente a los que han venido a defender una “causa digna”, que se ve empañada por palabras de falsos ídolos que no merecen su estrella.
De la misma manera la realidad de la violencia ha vuelto a darnos duro aquí en Valencia, y a una mujer ( o a más), y vuelve a recordarnos que tenemos que seguir luchando a través de la educación, la formación y las leyes, para que no sigamos siendo el objetivo de “los tiranos y locos violentos”.
Y por si fuera poco, también aquí en Valencia, una sentencia ha condenado una agresión a una menor, mujer, en el centro y por quien debía protegerla y cuidarla. Grave hecho, que confirma una realidad, en muchas ocasiones denunciada públicamente, sin que los responsables públicos, reconozcan y actúen. ¡Es momento de asumir responsabilidades Sr. Presidente-a!
Se trata de las luces y las sombras, que acechan una realidad contra la que debemos luchar haciendo que las luces se impongan y brillen. Creo que podemos estar esperanzados, porque las nuevas generaciones lideradas por mujeres, destacan y triunfan.
Felicidades a Madrid y España, por ser capaces de ser el centro del COP25