La familia 'abalista' arropa al muñidor en la sombra del pacto de investidura

En las negociaciones previas al pleno de investidura ha aparecido en el centro de la escena o de los focos, por parte del Partido Socialista, su vicesecretaria general, Adriana Lastra, sonriente o seria según se terciara la situación. Y en un segundo plano, aunque a su lado y pendiente de todos los detalles, siempre emergía la mirada ladina del secretario de organización, el valenciano José Luis Ábalos.

El protagonismo mediático, por delegación del secretario general socialista y candidato a presidente, Pedro Sánchez, y los elogios en algunos medios de comunicación de ámbito nacional, los ha monopolizado Lastra, pero en la gestión de la negociación, las reuniones, el viaje a Barcelona, la labor en la sombra, ha sido fundamental el ministro Ábalos.

Su 'familia' política, que ha ido ganando peso y tamaño en el socialismo valenciano de manera paralela a la pujanza del titular de la cartera de Fomento, no ha querido desperdiciar la oportunidad de mostrarle su apoyo y de reconocer esa tarea de mediación. Lo ha hecho desplazándose a Madrid para sentarse en la tribuna de invitados en el pleno de investidura y, posteriormente, para reunirse con Ábalos en la cafetería cercana al salón de plenos.

Esta delegación valenciana la ha encabezado la alter ego del ministro y secretaria general en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero. Entre otros representantes de esta boyante corriente, le ha acompañado Rafa García, vicepresidente segundo de la Diputación de Valencia, alcalde de Burjassot y rival del president de la Generalitat, Ximo Puig, en la pugna por la secretaría general del PSPV-PSOE. También participaba de este cónclave en el pleno congresual la senadora Mercedes Belenguer que, al igual que el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, son personas de total confianza de Ábalos. De la fiesta participó el diputado autonómico David Calvo y Trini Castelló.

Y plenamente integrado en este grupo se hallaba el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, nominado para ese cargo por el máximo responsable de su partido en la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, pero cuyo equipo de diputados lo decidió Mercedes Caballero. En este caso, podría cumplirse la expresión de 'el roce hace el cariño' y justificar la fusión de Gaspar con el 'abalismo'. Por cierto, la nutrida delegación de la familia política del ministro ha contrastado con la prácticamente nula del 'ximismo' o sector afín al president de la Generalitat, empezando por el propio Puig.