La respuesta comodín que la vicepresidenta del Consell mantiene 5 años después

La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha comparecido, como cada viernes, en rueda de prensa hoy para explicar los acuerdos del ejecutivo valenciano y responder a los interrogantes de los periodistas presentes. Lo hace desde su rol de portavoz del Consell. Los temas que suelen surgir son bastante variados. En esta caso, Oltra ha tenido la capacidad de responder a unos cuantos de ellos con un mismo hilo conductor: el PP, aunque tuviera que retrotraerse a "dos legislaturas hacia atrás".

Cuando le han preguntado sobre si pensaban demandar al Gobierno, en la línea de otras autonomías, para reclamar el impago del IVA, ha pronunciado hasta en dos ocasiones, con especial incidencia en la ´r´ inicial, el apellido Rajoy y también ha aludido a su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y les ha citado para dar un salto al pasado, al año 2017, y afirmar que "las fechorías las hace uno y la tiene que arreglar quien viene detrás. De eso sabemos mucho en el Botànic. Por eso pido al actual gobierno, que no es responsable de la fechoría, que la arregle".

De nuevo ha aludido al PP al intentar justificar, tras las insistentes preguntas, los diferentes criterios sobre personal en las gasolineras de bajo coste entre Les Corts y el Consell. Al hacerle ver que los mismos partidos que componen el Consell tienen mayoría en Les Corts ha dado un salto en el tiempo todavía más largo que el anterior, a cinco años como mínimo. Ha comentado lo que, según sus palabras, ocurría "dos legislaturas atrás, cuando el parlamento valenciano estaba anulado. Ahora hay separación de poderes".

No se ha quedado ahí hoy en la rueda de prensa. Al ser interrogada por el retraso en los cambios en Feria Valencia, ha tratado de esquivar la respuesta directa apelando al "agujero de 1.000 millones del anterior gobierno del PP".

El discurso suena al de los primeros pasos del denominado Consell del Botànic, cuando remitían a a la "herencia recibida" con el fin de pedir tiempo a que pudiera verse una gestión distinta. Le diferencia consiste en que entonces habían transcurrido unos meses desde que el PP perdió las instituciones pero en la actualidad ya han pasado casi cinco años.