El dilema de Ciudadanos: a qué distancia se sitúa de Vox
El debate de la posición estratégica y la vuelta al centro puro, sin inclinaciones a la derecha, es uno de los temas candentes, junto a la elección de compromisarios y a la futura ejecutiva
Ciudadanos perdió 47 escaños en las últimas elecciones generales al abandonar su supuesta equidistancia centrista. Por un parte, pactó con el PP directamente, e indirectamente con Vox, en comunidades autónomas como Murcia, Andalucía y, sobre todo, Madrid, que es la que otorga mayor visibilidad nacional por ese sentimiento tan de los medios madrileños de pensar que lo se considera noticiable en Madrid también lo es en el resto de España.
Ciudadanos reiteró hasta la saciedad que no había pactado con Vox. De hecho, evitó cualquier firma con el partido que preside Santiago Abascal y se las dejó al Partido Popular. No obstante, mientras por un lado participaba, aunque fuera indirectamente, en esos acuerdos, por otro calificaba al PSOE de "banda" en el pleno de investidura de Pedro Sánchez y evitaba el más mínimo intento de diálogo, negociación o como quisiera comentarse con el grupo socialista.
Con esa actitud Ciudadanos perdió el centro y decepcionó a su electorado, aunque su cúpula, con Albert Rivera a la cabeza, fuera incapaz de comprenderlo. Por el contrario, insistía en que votar al PSOE sí que hubiera sido una traición a su promesa de tener al PP como "socio preferente". Poco supo valorar a su elector tipo, que a esas alturas ya se había acostumbrado a los bandazos de Ciudadanos en los años precedentes y confiaba en que la promesa preelectoral de Rivera no tendría recorrido más allá de las elecciones. El electorado quería centro y el partido le dio derecha. Proximidad a PP y, de rebote, a Vox.
Esa circunstancia ha hecho mucho daño a la formación y ha calado en la mente de numerosos de sus dirigentes, que abogan por un distanciamiento. Durante estas semanas, desde el pasado 27 de enero y hasta el 15 de febrero, las agrupaciones andan elaborando propuestas y enmiendas que trasladarán al partido para que las aborde en la asamblea de los días 14 y 15 de marzo, la decisiva, la que determinará si el partido tiene futuro, vira al centro o se queda en los tics de Rivera de los que no se ha desprendido Inés Arrimadas y que lo han llevado a una montaña rusa electoral con final infeliz. De momento.
Una muestra de la reivindicación de marcar distancias con Vox constituye el escrito enviado esta semana por el concejal de Alboraya Vicente Raga a su partido en Les Corts, al que ha pedido que vote a favor del Derecho Foral Valenciano (Cuidadanos todavía no ha aportado un argumento sólido de por qué en la Comunidad Valenciana se opone y en otras autonomías que sí que lo tienen no manifiesta su oposición a la legislación autóctona).
En su escrito alerta del efecto de una foto conjunta Ciudadanos-Vox, los dos únicos partidos del hemiciclo valenciano que votarán en contra de recuperar el Derecho Foral el próximo día 5. El PP sí lo respaldará. Por tanto, Ciudadanos ya no lo tendrá como pantalla que le separe de la formación de Ana Vega o José María Llanos en Les Corts. "Habéis perdido la razón por votar junto a ellos", ha llegado a afirmar Raga.
La propuesta del comité ejecutivo y la elección de los compromisarios para la asamblea general son los dos principales temas que absorben el debate de Ciudadanos. Pero existe un tercero, el de su orientación electoral, que no resulta baladí y que genera controversia. El dilema consiste en qué distancia quiere marcar con Vox.