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Vox: en solitario en Les Corts y preparando su reorganización interna valenciana

Los otros cinco partidos de Les Corts tratan de marcar distancias respecto a los de Abascal, que siguen su solitario camino

Ana Vega, síndica de Vox en Les Corts

Publicado por
H. G.

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Los debates en Les Corts Valencianes reflejan la situación política de Vox y cómo se ha convertido en el actor básico para la estrategia del resto de partidos, porque todos tratan de ignorarlo o desairarlo públicamente en cuanto tienen la más mínima ocasión, incluso aunque no tenga que ver con el tema a confrontar.

En el pleno de esta semana, en el punto en el que se debatía la legislación sobre casas de apuestas, la diputada voxista Rebeca Serna tuvo que llamar al orden al parlamentario, e ideólogo, de Unidas Podemos Ferran Martínez, que antes ya había presupuesto qué iba a votar Vox. "Abra un poco su mente", le recalcó, mientras Martínez le respondía con una sonrisa de suficiencia, que, por cierto, recordaba a las que en sus tiempos de presidente plenipotenciario dedicaba Francisco Camps a la ahora vicepresidencia Mónica Oltra cuando esta última aparecía, desde la bancada de la oposición, con camisetas reivindicativas. La historia da muchas vueltas.

Para Unides Podem y para Compromís, como lo demostró con estudiada elocuencia el conseller de Educación, Vicente Marzà, al mostrar visiblemente en una sesión un libro titulado 'Facha', exhibirse como el antagonista de Vox forma parte de su estrategia. Incluso para el Partido Socialista, y en particular de su síndic, Manolo Mata, cuando habla de "cordones sanitario" hacia el partido que preside Santiago Abascal.

Mientras, desde el Partido Popular también quieren desligarse de cualquier posible similitud con Vox. En los últimos días la portavoz en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, lo definía como "partido anclado en el pasado", mientras que la síndica, Isabel Bonig, le acusaba de "hacer el juego al PSOE".

Por último, el grupo de Ciudadanos se las ha visto y deseado esta semana para evitar grietas y votar conjuntamente en contra de la recuperación del Derecho Civil valenciano. Una de las cuestiones que más malestar interno generaba precisamente era coincidir en esa postura únicamente con Vox, con lo que el retrato conjunto resultaba inevitable.

En esta soledad parlamentaria, con todos los demás partidos tratando de demostrar que están lo más alejados posibles de ellos, los diez diputados autonómicos van haciendo su recorrido. Con alguna esperpéntica metedura de pata, como la del diputado David García cuando recurrió al simbolismo de dictaduras de nefasto recuerdo, y algún abandono, aunque también con la consolidación de su portavoz, Ana Vega, como una de las parlamentarias debutantes más incisivas.

Esta situación se produce en un reducido lapso de tiempo en el que Vox ha multiplicado por más de dos su representación en el Congreso a pesar de que se sostiene en una estructura interna organizativa bastante endeble, más propia de sus inicios extraparlamentarios que los de un partido con la representación de la que goza en la actualidad.

En este contexto los próximos dos meses serán decisivos para el partido. Primero, porque el 7 de marzo afronta su asamblea general en Vistaalegre, un foro al que la Comunidad Valenciana suele llevar amplia representación. Ese acto y el posterior del día siguiente, más mitinero, sentarán las bases de su reestructuración y marcarán las normas electorales internas. A partir de ahí se abrirá el melón de las elecciones en las diferentes provincias para renovar las direcciones que, en el caso de Valencia, dirige una gestora al frente de la cual se encuentra el diputado José María Llanos.

El congreso, la asamblea y la posterior reorganización provincial marcarán las líneas maestras para revisar pactos (en la Comunidad Valenciana Vox sustenta ayuntamientos como los de Puçol o Rocafort) con PP y Ciudadanos y enfocar cómo hace frente a ese distanciamiento respecto al resto de partidos, que, por otro parte, le beneficia en su estrategia de diferenciarse del resto.