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El día en que las bases de Ciudadanos lograron que la dirección rectificara

El partido naranja ha vivido unas horas frenéticas que han cambiado el concepto de mando por el que se caracterizaba hasta ahora

El pacto del PP con Ciudadanos para formar listas conjuntas ha sido otro de los temas que ha provocado controversia este fin de semana

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H. G.

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Cuando en los albores del pasado año 2019, en un concurrido acto en la plaza del Patriarca de Valencia, Toni Cantó anunció su disposición a presentarse a las primarias para ser candidato de Ciudadanos a presidir la Generalitat y el entonces presidente del partido, Albert Rivera, lo refrendó en el mismo mitin, toda la militancia dio por seguro que Cantó sería el cabeza de lista. Aunque hubiera primarias de por medio.

Como también las ha habido, habitualmente en formato exprés, convocadas con escaso margen y con un tiempo bastante limitado para votar, aunque luego los resultados se hicieran esperar, a la elección de candidatos a diputado nacional por Ciudadanos o a eurodiputado. Siempre telemáticas, excepto en 2015 para escoger los puestos del segundo al quinto en la lista autonómica y en algunos municipios.

Hasta ahora el sistema ha consistido en que la dirección nacional decide y la militancia acepta. Esta forma de actuar fue llevada a la máxima expresión en la selección de los candidatos locales para mayo de 2019. Una nota de prensa con la relación de los nombres ya decididos constituyó la forma de anunciarlos, para sorpresa de bastantes que pensaban que lo serían y quedaron descabalgados. No tenía más alternativa que acatar o marcharse. Lo mismo ocurrió para escoger a los diputados provinciales. O la lista autonómica a Les Corts. La dirección manda.

Hasta ayer, en que se produjo un punto de inflexión con la votación a compromisarios para la asamblea general de marzo, la que marcará el rumbo ideológico y de funcionamiento del partido y al que acudirá con nueva ejecutiva votada una semana antes. El sábado 22 amaneció con los grupos de whatsapp e incluso las redes sociales echando humo por las dificultades para acceder al sistema informático de votación o por el bloqueo de este que se producía al intentar sufragar, una vez introducidos los datos personales.

Gran parte de la militancia, tal como adelantó ayer en exclusiva EsdiarioCV, no podía votar. Antes las quejas, el Comité de Garantías decidió alargar el plazo para ejercer el sufragio, que en teoría acababa ayer a las 21 horas. No obstante, no lo prorrogó un día, como le pedían en numerosos foros, sino hasta las siete de la madrugada de este domingo. Lo hizo tras disculparse por las incidencias.

El pacto vasco con el PP

Pero estas seguían. En las conversaciones entre la militancia empezó a circular una información sobre los problemas que atravesaba la empresa a la que la dirección provisional del partido había encargado el sistema de votación. De manera paralela, también aumentaban las críticas a la cúpula por el pacto con el PP para presentar listas conjuntas en el País Vasco, que no ha sido ratificado tampoco por las bases.

La indignación y la desmoralización cunden. Los debates en abierto, en redes sociales ya, mostrando el malestar, se desatan. Comienzan a llegar escritos al Comité de Garantías, que regula el proceso, pidiéndole que anule esta votación y que la reabra otro día. Ya no solamente por los fallos informáticos, sino también, entre tanta confusión, por la posibilidad de que el proceso pudiera estar adulterado.

Un supuesto alimentado por el hecho de haber distinguido con una orla naranja a los candidatos de la candidatura considerada oficialista, la que está agrupada bajo la denominación ´Con Inés Unidos y Adelante´. Desde un grupo de militantes advierten incluso con presentar un contencioso si no se anula el proceso. Más aún, comienza a extenderse acusaciones a miembros de la gestora de "estar dinamitando el partido desde dentro para entregarlo en bandeja al PP". La tensión es máxima.

El comunicado de rectificación de la Comisión de Garantías

Avanzada ya la tarde la Comisión de Garantías envía un correo electrónico a la militancia en el que señala que, a instancias de la Comisión Gestora y por acuerdo unánime, se aplaza tanto el proceso de votación para la elección de compromisarios como la del cabeza de lista para las autonómicas de Galicia y País Vasco. Incluso en ese mensaje se alude a una "situación excepcional y de extrema gravedad y por el perjuicio y daño que supone a toda nuestra militancia". A las bases, que se habían movilizado para pedir el retraso.

La "madre de todas las batallas", como la definía a EsdiarioCv un relevante dirigente valenciano del partido, tendrá que esperar. Una medida que parecía lógica ante los fallos en el proceso, pero que en una formación como la naranja no es habitual y resulta significativa.

En esta coyuntura, el Comité de Garantías adopta la determinación de retrasar la votación telemática al sábado 29 y la presencial (se produce en muy pocos sitios de España) al 1 de marzo. La dirección acepta la propuesta de las bases. Y, con esa decisión, se da un respiro a su carismática portavoz, Inés Arrimadas, cuya imagen -o más bien la de quienes la rodean en la comisión gestora- está sufriendo un grave deterioro en estas largas semanas de travesía del desierto de Ciudadanos. Ahora se trata de saber si la asamblea de marzo supondrá un oasis reparador con el fin de recobrar fuerzas o un espejismo que derive en desbandada.

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