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El alcalde de Valencia, en la Ópera la noche crucial que sentenció las Fallas

El alcalde prefirió mantener su agenda, que incluía recrearse con la ópera bufa Il Viaggio a Reims a la misma hora que se suspendía las principales fiestas de la ciudad

Puig decidió el futuro de las Fallas mientras Ribó estaba en la ópera

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Valencia vivió ayer un día que pasará a la luctuosa historia de la ciudad por la supresión de su fiesta más internacional y popular: las Fallas, un hecho que hacía más de 80 años que no ocurría. Esa jornada la vivieron con muchos nervios y tensión cientos de miles de valencianos, que esperan con entusiasmo durante todo el año la llegada de estas celebraciones para disfrutarlas.

Otros muchos autóctonos y visitantes andaban en vilo por saber qué sucedería con los ingresos económicos previstos, con un trabajo temporal o en qué quedaría la inversión en alquiler de balcones, en puestos de venta y en un largo etcétera de de cuestiones. Lo mismo sucedía en Castellón con la Magdalena.

No obstante, mientras todo esto pasaba, mientras la tensión se respiraba en la capital valenciana y un gran número de ciudadanos miraba con nerviosismo su teléfono móvil para conocer las últimas novedades, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, la primera autoridad y máximo responsable de la ciudad, disfrutaba de Il viaggio a Reims, la ópera bufa con música de Gioacchino Rossini, en el Palau de les Arts.

La exigencia de Ciudadanos

Así se lo ha afeado hoy el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Fernando Giner, que en un tuit pedía "saber qué hacía Joan Ribó en la ópera la noche más determinante para los intereses culturales y económicos de la ciudad. Si no nos convence, exigiremos la misma responsabilidad que han exigido ellos", en alusión a la petición de dimisión de PSOE y Podemos en Murcia por el hecho de que el director general de Emergencias, de Ciudadanos, estuviera en un representación teatral la noche del DANA.

El primer edil, por su parte, ha evitado entrar en detalles y se ha limitado a afirmar que estaba con su "agenda prevista" hasta que recibió un mensaje pasadas las ocho y veinte de la tarde y convocó de inmediato a su gabinete de crisis. El alcalde se prodiga muy poco en actos sociales y su agenda vespertina suele estar desierta, a excepción casualmente de lo que ocurrió ayer.

También contrasta esa "agenda prevista" con el hecho de que la comisión interdepartamental de la Generalitat que determinó la suspensión de las Fallas comenzó su reunión a las 17,30 horas, y el principal motivo consistía en decidir si mantienen las fiestas valencianas y castellonenses o no. A pesar de que era vox populi esa circunstancia, el primer edil habría escogido asistir a la ópera y no modificar su agenda en un día que pasará a la historia negra de Valencia. En rueda de prensa, el alcalde dijo que la Generalitat no le invitó a la reunión del gabinete de crisis.

En esa misma jornada, el president de la Generalitat, Ximo Puig, consciente también de la relevancia de la reunión de la tarde, disfrutaba de la que a la postre sería la última mascletà que se dispararía, la de ayer, en un balcón privado. No se perdió el último acto fallero de este año, salvo que las Fallas se repongan en lo que queda de 2020. Aunque eso el tiempo y el coronavirus lo dirán.