Charlatanes en tiempo de Covid-19

El común de los mortales tiene de modo natural un cierto sentido común que, junto a una cierta educación, le previene ante promesas de curación milagrosa de todo tipo. Lamentablemente, existe un sector de la población que parece impermeable de modo patológico a este sentido común y prefiere creer en verdaderos charlatanes que ofrecen remedios peregrinos, cuando no directamente peligrosos, para recobrar la salud perdida.

Una situación anómala de crisis mundial por la extensión del covid-19 resulta mejor caldo de cultivo que una placa de Petri para que proliferen personajes de dudosa calaña intentando sacar tajada de la desesperación de la gente.

Algunos de estos personajes son mucho más que oportunistas surgidos hoy, sino que cuentan con una larga trayectoria ofreciendo, previo aligeramiento del bolsillo del fulano timado, presuntos remedios que la malvada industria farmaceútica y los gobiernos no quieren que conozcas.

Un nombre destaca, en el caso español, entre toda esta plétora de embaucadores: Josep Pàmies. Tratado como una verdadera estrella del rock por sus adeptos y absolutamente desacreditado por la comunidad científica, este singular personaje lo tiene todo: niega el sida, es antivacunas, niega la validez de la quimioterapia y asegura poder curar la diabetes, el ébola, el cáncer y casi cualquier dolencia que se le pueda ocurrir gracias a ciertas plantas, que él cultiva y vende, como la stevia (tóxica en infusión, que es lo que recomienda), y al MMS (siglas en inglés de Solución Mineral Milagrosa), que no es más que dióxido de cloro, un potente desinfectante de uso industrial.

Durante la epidemia de ébola de hace unos pocos años, aseguró sin sonrojarse que el MMS era eficaz para combatirlo y ofreció su apoyo y experiencia a los africanos. Curiosamente, no respondió a los retos que le instaban a demostrarlo ni, mucho menos, a las campañas para pagarle el billete de avión (sólo de ida, nadie esperaba que volviera) a la zona del brote para poner a prueba sobre el terreno sus afirmaciones. Con estos antecedentes, ya se podrán imaginar que ha asegurado también ser capaz de curar el covid-19.

Pero no sólo eso, faltándole poco para lucir un gorrito de aluminio en la cabeza, es firme creyente en la existencia de diferentes conspiraciones mundiales para silenciarle y desprestigiar sus remedios. La Conselleria de Salut de la Generalitat Catalana le ha abierto ya hasta tres expedientes y multado con 690.000 euros por la promoción de estos remedios milagrosos... y peligrosos para la salud.

Curiosamente, cuando en 2019 sufrió un infarto, fue la medicina y farmacología que tanto denigra la que le salvó la vida. Lejos de sufrir una conversión, cual Saul a Pablo, ha seguido con las suyas y clama por su derecho a la libertad de expresión cuando en youtube borran, por perniciosos, videos suyos defendiendo barbaridades.

Los charlatanes, de los que Pàmies no deja de ser sólo un ejemplo, proliferan aprovechándose de la desesperación de la gente por su salud o la de sus seres queridos. Sean fuertes y confíen en quienes de verdad pueden ayudarles: médicos, enfermeros y otro tipo de personal sanitario que utilizan material y medicinas que sí pueden contribuir a curarles.

*Abogado y politólogo.