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¿Dónde están los test homologados y rápidos que Sánchez prometió hace un mes?

Pactar un reconstrucción con la oposición no tiene sentido práctico si todavía no disponemos de las únicas herramientas conocidas, los test

Los acuerdos no tienen sentido sin saber cuál es la situación real de contagio

Publicado por
José Morgan García *

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Si algo podemos afirmar a estas alturas de la pandemia los legos en esta materia, a la vista de la experiencia, es que las únicas herramientas efectivas, al menos hasta la fecha, de las que disponemos para neutralizar la infección son los equipos de protección individual y los test.

Los países que están comenzando la desescalada lo están haciendo con la previsión que les proporciona el big data, y para poder disponer de esa fuente sólo hay un método fiable: la práctica masiva de test sobre la población.

No obtener esos test, esas herramientas básicas para poder combatir los devastadores efectos de la pandemia, no responde ni a una cuestión de ideología, ni de estrategia científica ni de nada que se le parezca, se trata simple y llanamente de incapacidad y deplorable gestión.

En voz alta me pregunto: ¿Donde están los test rápidos, fiables y homologados que Sánchez prometió hace casi un mes de manera solemne ante las cámaras en una de sus múltiples alocuciones televisivas?

El presidente debería explicar que está sucediendo, porque no están llegando, con quien han contratado para obtener esos bienes de equipo. Pero en lugar de eso lo que se hace es cerrar el portal de transparencia valiéndose del Estado de Alarma en forma de fraude de ley, y alimentar el bulo o los debates estériles que produzcan polarización generando una gran ceremonia de la confusión que crea ruido mediático que finalmente se pueda atribuir exclusivamente a la confrontación política.

El líder de la oposición Pablo Casado ha demostrado a lo largo de toda esta crisis una proactividad colaborativa sustanciada en una constante batería de propuestas sanitarias, económicas y sociales. Una manifiesta lealtad al aprobar sin condiciones las sucesivas prórrogas del Estado de Alarma. Ha respondido afirmativamente a la llamada del Presidente del Gobierno a su convocatoria en ejercicio de la responsabilidad de Estado que le corresponde.

Pero el objeto de la ronda de reuniones impulsadas desde la Moncloa el de pactar una reconstrucción conjunta del día después, no tiene sentido práctico si todavía no disponemos de las únicas herramientas conocidas, los test, para poder abandonar un estadio el actual que lo único que hace es golpear cada hora que pasa a la economía productiva y convertir en caducas cualquier estrategia seria de recuperación económica a medio plazo.

La oposición debe, pese a todas las trabas existentes, fiscalizar y exigir responsabilidades pero también debe ser capaz de no caer en la trampa de la marisma donde todo se confunde. Entrar a los debates que desde la izquierda del gobierno se plantean con un alto grado de reflejos políticos y habilidad propagandística.

Discutir ahora sobre la idoneidad o no de una renta mínima (que se aplica desde hace tiempo en muchas Comunidades Autónomas), o encharcarse demasiado (sin dejar de denunciar aquello que pueda suponer un flagrante ataque a los derechos y libertades fundamentales), en el calculado debate de los bulos y la confusión que pretende generar una confrontación de alto voltaje pasional que desemboque en reacciones exclusivamente de defensa de la adscripción ideológica o partidista dividiendo entre los que atacan al Gobierno o los que no.

Ese ni es, ni puede ser el debate fundamental ahora mismo, y digo no puede porque sin test, sin la herramienta para salir de la situación no cabe especulación sobre la el siguiente estadio, y por ello es necesario que la pregunta del debate esencial que vive España sea una y que lo sea por poco tiempo: ¿Dónde están los Test rápidos fiables y homologados que Sánchez prometió hace más de un mes?

*Abogado.

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