Puig: un secreto, dos revelaciones y nuevos 'socios' con los que no concreta
El president de la Generalitat reveló previsiones "catastróficas" y sus cálculos de valencianos afectados por el Covid-19
Las disculpas -"que reiteraré donde haga falta"- del president de la Generalitat, Ximo Puig, han sido una de las notas más llamativas del pleno de Les Corts en el que ha intervenido hoy. No por esperadas o por recomendables ante la evidencia, sino porque contrastan con el empecinamiento en destacar su labor del Gobierno nacional, de su mismo partido, a pesar de las decenas de miles de personas que en España han fallecido víctimas de la erupción del Covid-19.
El pleno, no obstante, arrojó otras muchas frases y comentarios que pasaron más o menos desapercibidos. Puig expresó quién, por encima de ententes políticas, le transmite confianza en referencia a "médicos, enfermeros, celadores y personal de residencia", y cuál considera el "secreto" para afrontar las próximas semanas de esta crisis. "El secreto está en escuchar", reveló.
También, en su turno de réplica, hizo alusión a una percepción y un dato que no había comentado hasta la fecha. La primera, que "teníamos previsiones más catastróficas de las que han sucedido", aunque sin dudar en matizar, volviendo a la humildad de su intervención inicial, que "no sabíamos hasta dónde puede llegar esto". Del mismo modo concretó en "un 4-5% de población" la que "podría haber padecido la enfermedad". Esto supondría unos 250.000 valencianos.
Alejarse de Pedro Sánchez
El presidente del Consell buscó más la distancia que la cercanía respecto al ejecutivo nacional, de su propio partido. Incluso la remarcó para destacar que se anticipó en repartir suministro en prevención a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad respecto al Estado. "La Generalitat sí que fue eficiente", lanzó como primer pulla, dejando claro, por la misma lógica, que el Gobierno de Pedro Sánchez no lo habría sido.
Llegó hasta el punto de apuntar, ante las críticas sobre todo de José María Llanos, portavoz hoy de Vox, que "hay cosas que el Gobierno de España sí que hace bien". Eso lo dijo instantes después de agradecer el respaldo de la oposición y de matizar que su gobierno "no es de frentismo y espero que lleguemos a los acuerdos que necesita esta comunidad". Con esa frase se desmarcaba de su socios del Consell, Unides Podem y, sobre todo, Compromís, más sumidos en sus discurso y argumentario habitual anterior a la crisis, de arremetida contra la sanidad privada y el PP.
Trasladar el acuerdo de Torrent
La empatía -esa de la que la vicepresidenta Mónica Oltra admite que puede haber carecido- con la oposición llegó hasta el punto de que Toni Cantó, síndic de Ciudadanos, le recalcó que "tendrá que cambiar de socios, ya que los suyos han hecho discursos más críticos. Los nuestros han sido muy constructivos. Cuídese de las obsesiones de sus socios". Ese cambio de compañías lo reiteró Cantó, ya que en su primera intervención espetó a Puig que "cambie de socios o amplíe", en un intento de trasladar el acuerdo suscrito recientemente en Torrent entre PSPV-PSOE y Ciudadanos.
La experiencia del PP
Mientras, la síndica del PP, Isabel Bonig, le ofrecía la "experiencia de gobierno durante 20 años de mi partido y "un acuerdo de presupuestos de legislatura". La líder popular puso un ejemplo que refleja con claridad la magnitud de la crisis sanitaria. "Mi hermana trabaja en el hospital de La Plana. Ahora, 42 días después del estado de alarma y de estar expuesto al contagio, se ha sometido al test del Covid-19", con lo que transmitía con elocuencia la indefensión del personal sanitario.
Esa cercanía de Puig con la oposición llegó incluso hasta Vox, cuyo portavoz, José María Llanos, reconoció la voluntad del president de la Generalitat "de hacerlo bien", tras subrayar la importancia de las disculpas del máximo mandatario autonómico.
Las posturas se acercaban. Tanto, que el Partido Popular ya "olvida el pasado" para decirle que "no está solo y aquí tiene al PP", mientras que Ciudadanos le preguntaba si "¿hay plan?". Hasta el punto de que Puig parece que sintió que se acaramelaban tanto políticamente que respondió, con un pequeño atisbo de distanciamiento, que "ya es positivo hablar de acuerdo y luego veremos si se alcanza". No hubo más concreción.
Y para que no quedara duda, antes las críticas en las últimas semanas a la falta de implicación de Compromís en esta crisis sanitaria, recalcó que "agradece a los tres grupos del Consell su complicidad y apoyo permanente", para, ya casi al final, enfangarse en el tradicional discurso maniqueísta en alusión a la oposición. "Otras autonomías gobernadas por ustedes tienen más fallecidos", señaló Puig paseando por el hilo de alambre de la ruleta de muertes por autonomías.
Al final, después de tantos flirteos, el president de la Generalitat solamente cedió un ápice cuando insistió en sus disculpas para reconocer la evidente falta de material del personal sanitario. A partir de ahí, dejó claro que mantiene, pese a sus diferencias durante estas crisis, a sus actuales socios.