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Carta a la consellera Barceló: ¿Por qué desoyeron los avisos ante el Covid-19?

La vicepresidenta autonómica de Sanidad del sindicato CSIF explica cómo Conselleria desatendió constantemente las advertencias y analiza la situación de indefensión de los profesionales

La consellera de Sanitat ha sido requerida desde enero a prevenir

Publicado por
Dolly Prunés *

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El Sistema Sanitario Valenciano, cuya fortaleza es el personal de la sanidad y su flaqueza la gestión que se ha venido realizando, se ha sostenido gracias al sacrificio de los profesionales, que han estado dando lo mejor de sí, ayudando con valor a los que más lo necesitaban, incluso con riesgo de la propia vida, pero con una precariedad, unas carencias crónicas y una escasez de personal incompatibles con la responsabilidad exigida.

Preservar el derecho fundamental a la integridad física y el derecho a la salud de los profesionales sanitarios, así como de las personas a las que asisten es esencial, pero a pesar del alto riesgo de exposición y de transmisión de un virus agresivo y veloz, lo subestimaron y no escucharon ni atendieron nuestras peticiones.

A CSIF nos preocupó mucho desde el principio lo que veíamos que estaba ocurriendo en otras zonas, y con motivo de la declaración de Emergencia Sanitaria Internacional por la OMS, que nos alertó ya supremamente, inmediatamente (el 31 de enero) registramos escrito a la Consellera exigiéndole que informara sobre la enfermedad y protocolos frente a la misma, se adoptaran medidas, se entregaran los equipos de protección correspondientes al personal y se les formara adecuadamente para evitar eventuales contagios y garantizar su seguridad.

De igual manera, en la mesa sectorial del día 12 de febrero, se preguntó verbalmente y por escrito por la situación del coronavirus (en el Reino Unido se había declarado ya una amenaza grave e inminente para la Salud Pública). Posteriormente en fecha 27 de febrero, reiteramos escrito y también en la Comisión Sectorial de Seguridad y Salud Laboral, solicitando a la Consellera medidas implementadas a los efectos de prevención en las instituciones sanitarias, medidas de protección en centros donde no existían o eran insuficientes, seguimiento que se estaba realizando a las personas que habían viajado a Italia, etc.

El 5 de marzo, también por registro, insistimos sobre colocación de mamparas, pautas a seguir a familiares y pacientes con sospecha de infección por transmisión respiratoria,…, en definitiva, medidas de seguridad activa que hoy por hoy no se hallan en su totalidad.

Nunca hubo respuesta por escrito

Nunca obtuvimos respuesta por escrito, hubo una omisión de actividad desesperante en los meses cruciales, tal que acabó en los tribunales de justicia.

Habida cuenta de la inacción y la escasez de medidas, consecutivamente dirigimos escritos a todos los Comités de Seguridad y Salud de los departamentos y a todas las Gerencias y Direcciones supradepartamentales.

En vista del descobijo, denunciamos a las Inspecciones de Trabajo y Seguridad Social de las tres provincias e instamos al Síndic de Greuges ante semejante desamparo.

Los profesionales sanitarios estaban totalmente al descubierto. La Conselleria podía haber empezado a prepararse antes, era de vital importancia. Una detección a tiempo habría limitado mucho los daños. El enemigo era el virus, pero nuestros supuestos aliados estaban mostrando una frialdad reveladora y temeraria.

Actos multitudinarios

Se celebraron actos multitudinarios que fueron elementos divulgadores del virus favoreciendo la propagación de la pandemia. En ninguno de los eventos se adoptó ninguna medida de prevención, porque antepusieron intereses políticos y por ello no quisieron tomar medidas, ocupados por otros asuntos, distraídos mientras acuciaba y acechaba lo que ya teníamos encima. La conveniencia política ha primado, incluso en ocasiones tan graves como ésta, sobre la protección ciudadana poniendo en riesgo la salud de los ciudadanos.

¿O quizá se deba a la incapacidad manifiesta de organización, previsión, planificación, coordinación y liderazgo? Tanta ineptitud sistemática, no es comprensible....

Si Uds. no sabían, haber copiado de los que lo estaban haciendo bien, haber escuchado a los que, con experiencia, les hacían vitales advertencias y llamamientos, y no haber desoído tampoco lo que les decíamos desde CSIF. No hay margen para estos errores, y menos aún en ese contexto.

NI diálogo social ni consenso

Desde un primer momento, con la voluntad social y de servicio que tenemos, y desde la lealtad institucional, nos unimos con la Conselleria, pero sin dejar de fiscalizar sus gestiones. Pero no hubo dialogo social, ni consenso, ni participación democrática. No reunieron si quiera al Consejo de Salud de la Comunidad Valenciana, órgano de fomento y fortalecimiento de la participación social que habría ayudado a sensibilizar a la población ante esta tragedia. Rompieron las cadenas de comunicación.

Se vulneró el derecho de información de sindicatos, juntas de personal, comités de seguridad y salud, e incluso de los propios profesionales prohibiéndoles que divulgaran o revelaran cualquier dato.

Han ocultado información deliberadamente, no sea que deje en evidencia el descontrol y la negligencia. Una censura de la información propia de totalitarismos.

CSIF hemos estado ahí, día a día junto a nuestros compañeros, dando soporte cuando más lo necesitaban. Sufrían mucha preocupación, inquietud, desconcierto y confusión, porque no había habido detección precoz, estaban ante una reacción tardía e incorrecta, desprovistos de una protección eficaz.

No se hicieron compras adicionales -preventivas- de material, cuando los mercados aún no estaban tensionados, ante un aumento drástico de la demanda de mascarillas, guantes, batas impermeables, gafas protectoras, respiradores, camas, circuitos diferenciados, test,... Empresarios, voluntarios, han tenido que suplir el vacío de la Conselleria durante los primeros días de la crisis que imploraba anticipación y fluidez.

Improvisación

Se tomaban decisiones dispares, se improvisaba, se actuó de diferente manera en los departamentos y enviaron a los profesionales mensajes contradictorios. Hubo tiranía y amenazas de expedientes ante ruegos que se formulaban.

No hubo coherencia para dar una respuesta que requería de inmediatez después de tanto tiempo de espera.

Mientras, la cifra de personal contagiado en acto de servicio o en aislamiento, iba creciendo. No podemos olvidar, había que proveer de instrumentos y medios a los centros sanitarios para cuando hacían falta.

Pero todos mentíamos a excepción de la Consellera, señalando con dureza a los profesionales sanitarios: 24.03.2020 “hay profesionales contagiados a través de familiares o amigos, otros que hicieron un viaje e importaron el virus”,

Tras la desidia e inoperancia de la compra de los EPI, como cual despilfarradores el personal, cuando en realidad se lo estaban escatimando: 16.04.2020 “nunca ha faltado material de protección”,

Tras las desenfrenadas y equívocas compras: 21.04.2020 “la mascarilla no tiene un localizador”.

Soberbia e imprudencia de la consellera

Demasiada soberbia, imprudencia, y ninguneo de una consellera que no aceptaba críticas y se dedicaba a intentar tapar sus vergüenzas, apelando después a la solidaridad cuando no se le vio, como responsable, visitar un hospital ni interesarse por las miles de víctimas que se estaban provocando, sin mostrar siquiera un gesto de humanidad y dignidad.

¿Dónde está la precaución? Que no nos pida silencio.

Una consellera sin respuestas y pasando las responsabilidades a otros según le ha convenido, «La Conselleria no tiene constancia de ello», o «No tengo ese dato o no se lo puedo facilitar».

Ha generado mucha desconfianza, negaba la verdad y la realidad faltando al respeto a los que lo estaban dando todo. Sra. Consellera, los profesionales han cumplido extraordinariamente con sus responsabilidades, Uds. no.

La ausencia de los tan prometidos test ha costado vidas humanas, los ansiados test para todos los trabajadores de la sanidad para la necesaria seguridad de pacientes y profesionales y como requisito esencial para seguir trabajando.

Mientras unos recibían trato de favor, otros se quedaban y se quedan sin test.

Aquí contamos todos, la colaboración público-privada ha quedado manifiestamente evidenciada. Reconocer también el esfuerzo que están realizando nuestros compañeros en la sanidad privada, tan denostada por algunos.

El tiempo que hemos perdido, la inacción absoluta, el retraso de la Conselleria en tomar medidas para frenar la propagación del virus minusvalorándolo, pidiendo material tarde y mal, empleando días para pedir, recibir y procesar información, nos ha avocado a vivir momentos de inmensa tristeza porque las horas eran vitales.

A pesar de tanta incompetencia y del estrepitoso fracaso de la prevención, nuestros compañeros, nos han sacado adelante.

Se ha producido mucho dolor, ruina y lo que no sabremos nunca es cuántas vidas se habrían salvado si se hubieran atendido las advertencias antes, se ha pagado un altísimo precio porque ningún otro interés debe imponerse a la vida de las personas. Los daños son irreparables.

Descansen en paz nuestros difuntos.

*Vicepresidenta autonómica de CSIF Sanidad Comunidad Valenciana.