Hora de abrir los ojos
¿Estamos condenados a tener a Sánchez por los siglos de los siglos caiga quien caiga y muera quien muera?
"Tengo a la gente más leal, ¿Alguna vez habéis visto algo así? Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a la gente y no perdería votantes", esta frase pronunciado por Donald Trump cuando aún era candidato a la presidencia podría aplicarse ahora perfectamente a lo que estamos viviendo en la política española.
‘Podrían morir otros 50.000 españoles más que el PSOE no perdería ni un punto en las encuestas’ vendría a ser la actualización de las palabras de Trump a nuestros días y a nuestro país. Porque es así, por muy duro que les suene. Parece que en seis meses no haya pasado absolutamente nada, que hasta incluso el PSOE de Sánchez se permite el lujo de crecer en intención de voto.
Les confieso que intento encontrar una explicación sociológica al asunto ¿Es que los otros son tan malos? Podría pensarse. Pero habiendo como hay tanta oferta electoral, no es cosa de los otros, sino de la percepción que la gente tiene del PSOE o, mejor dicho, de cómo cuelan su mensaje aunque el mundo se esté cayendo a su alrededor.
Tengo la sensación de que la sociedad ha asimilado como normal la desvergüenza y la mentira del señor que nos gobierna. Nunca antes un presidente había mentido tanto, a tantos y en tan poco tiempo. Y esto no es una cosa que venga por el COVID, es algo que hemos visto en el día a día desde que accedió a la Moncloa tras su infame moción de censura. A Sánchez y su séquito les da igual ya mentir, porque total, al final alguien acaba fiándose de ellos (sea Iglesias, Arrimadas o el indepe de turno) y sobre todo la gente luego no le pasa factura.
Todo esto si lo aderezas con los millones del BOE para comprar votos vía pagas y decretos y con una prensa, sobre todo televisiva, al servicio del poder salvo honrosas excepciones, tienes el caldo perfecto para que los ciudadanos sigan aplaudiendo al Gobierno por mucho que les meen en la cara.
Este misma semana hemos tenido un ejemplo clamoroso de la falta total de escrúpulos del Kennedy del ‘todo a cien’ que nos gobierno y de cómo la sociedad sigue aletargada, adormecida, impasible. En cualquier país que ha sufrido el terrorismo 40 años ver al presidente del Gobierno solidarizarse porque un terrorista se ha suicidado abriría portadas y telediarios. Aquí ni el diario más considerado de derechas lo llevaba en portada. Es una ignominia detrás de otra, y parece que cuando más gorda sea, más puntos sube en las encuestas el PSOE.
Un Gobierno que vive de tener 20 ministros que no sabemos para que sirven, de hablar de Franco cuando les viene algún marrón o de vendernos sus bondades frente a la mala malísima ultraderecha. Este último argumento, por cierto, muy bien apoyado por Vox que pica todos los anzuelos, suelta algún que otro exabrupto y retroalimenta el mensaje monclovita de ‘sí, soy un mentiroso y un patán pero apoyadme a mí que si no viene el dóberman de la derecha’.
Confieso que a estas alturas esperaba al menos que el Gobierno estuviera achicharrado. Que se estuviera hundiendo en las encuestas. No tanto que los demás suban, pero sí que la gente castigara al PSOE y a Pedro Sánchez. Pero no, aquí seguimos todos impasibles porque la culpa de todo lo que pasa es de Ayuso, de Franco, de Rajoy, de Trump o de las señales de tráfico machistas que acaban de descubrir. De todo el mundo menos del mentiroso compulsivo.
Y yo me pregunto ¿cuándo vamos a despertar? ¿Tenemos remedio? ¿O estamos condenados a tener a Sánchez por los siglos de los siglos caiga quien caiga y muera quien muera? Tengo la esperanza de que la gente al final abra los ojos, pero viendo lo que llevamos visto, cada vez es una esperanza más remota. Espero equivocarme.