Cómo eclipsan los 'okupas' la moción estrella sobre derecho civil valenciano

Esta vez ha sido en la Diputación de Valencia, a pesar de ser, quizá, la institución valenciana menos considerada por la sociedad. A iniciativa del PP, a la que se han sumado PSOE y Compromís, ha presentado en el pleno una moción para instar a las Cortes Generales y al Senado a que tramiten de urgencia la propuesta del Consell al Congreso para que modifique la constitución española en el sentido de reintegrar a les Corts Valencianes la capacidad de aprobar leyes civiles. El propio presidente socialista Toni Gaspar defendió la urgencia de la iniciativa.

La propuesta, que ya fue aprobada por Les Corts en 2006, no acaba de lograr el apoyo unánime de los grupos.

Una reivindicación que cuenta con el apoyo de diversas instituciones valencianas como AVACU, UGT, CSIF, CC.OO., Colegio de Médicos, Societat Civil Valenciana, HOSBEC, Real Academia de Cultura Valenciana, Universitat de València, Ateneo Mercantil, Interagrupació de Falles, Taula de Filologia Valenciana o el Consejo Valenciano Cámaras de Comercio, entre otras, y que fue aprobada por Les Corts y el Congreso en 2006, dentro del llamado “bloque de constitucionalidad”, pero que no acaba de lograr un apoyo unánime de los grupos autonómicos, constantemente enzarzados en salvedades y reclamaciones particulares.

El diputado Modesto Martínez defendió la iniciativa del Derecho Civil valenciano

Para la tres formaciones que han suscrito el texto, recuperar esta capacidad legislativa regional equipararía la Comunitat Valenciana con otras comunidades que ya la disfrutan, como Aragón, Baleares, Cataluña o País Vasco. Pero es una postura que sigue contando con la oposición de grupos como Vox, que defienden fórmulas mucho más centralizadoras, y Ciudadanos, uno de cuyos diputados autonómicos ha declarado recientemente que la intención que hay detrás de esta recuperación de la capacidad legislativa valenciana es “crear un chiringuito jurídico propio que dé soporte a los intereses nacionalistas de PSPV y Compromís". En el pleno de hoy, además, el diputado Jesús Gimeno ha remachado el clavo naranja calificando el tema como “crear reinos de taifas”.

En este contexto, el PP es el único partido de la derecha que se ha alineado con PSOE, Compromís y Unides Podem para exigir a Madrid la recuperación del Derecho Civil Valenciano, lo cual despierta, junto con la repentina propensión al centralismo que parece haber adoptado su líder nacional, Pablo Casado, para distanciarse de Vox, la sospecha de una posible estrategia electoral. Surge en muchos ciudadanos la pregunta de si el incremento de autogobierno que apoya el PP se debe a sus convicciones como partido o al miedo a una posible pérdida de votos al compartir con VOX el espacio de la derecha —hay encuestas que anuncian un aumento de intención de voto en la formación de la que José María Llanos es portavoz en Les Corts—.

La 'okupación' y el robo en la EMT

La propuesta popular ha perdido protagonismo en el pleno de la Diputación a causa de algunos trastos argumentales sobre el sainete del robo a la EMT que han volado entre los partidos y a causa del debate que ha suscitado Ciudadanos en torno al movimiento okupa: un debate insoluble por la irreconciliabilidad de las posturas de la derecha y la izquierda respecto a un tema que, en realidad, está bien claro en la calle, como lo demuestra el hartazgo monumental de los vecinos de todas las ciudades españolas, a punto de tomarse la justicia por su mano ante la enorme inacción y torpeza legislativa.

Los políticos, sin embargo, siguen con sus mantras y sus milongas, sobre todo en la izquierda radical, que sigue disculpando la okupación y esgrimiendo la falacia de la penuria inmobiliaria que padecen muchas familias mientras hay viviendas vacías, como si la propiedad privada no existiera, cuando el debate real está en la falta de viviendas públicas. La portavoz de Ciudadanos en la Diputación, Rocío Gil, ha preguntado a los representantes de Compromís y el resto de la izquierda si les gustaría que les ocuparan su casa.

La moción del PP, pues, ha quedado un tanto desdibujada por el brillo de los rifirrafes y por el desacuerdo parlamentario, que tiene la iniciativa de Les Corts casi en punto muerto desde 2006.