La sede del PP de Valencia o la estrategia de potenciar la marca a pie de calle
La apuesta de Catalá por un bajo céntrico, con actividad social, empieza a cuajar frente a la sede regional de su partido, del PSOE o de Ciudadanos, en pisos, y la de Compromís, más opaca
La actuación del taxista-cantante Paco Escamilla, dentro de los recuperados jueves de Exposición, ejemplifica la vertiente social y el acercamiento a la ciudadanía más allá de la militancia del que quiere impregnar el Partido Popular a su nueva sede en Valencia.
Mientras que la propia formación, a nivel regional y provincial, opta por pisos menos visibles para el transeúnte, junto a la plaza América, o su gran rival político, el PSOE, también decidió concentrar su gestión en viviendas, en la avenida del Oeste, en el número 48, el PP de Valencia hizo a principios de año una apuesta fuerte: la de instalarse en un bajo comercial junto a la plaza del Ayuntamiento, en el número 5 de la calle Convento San Francisco.
Ese local tenía la función, cuando fue escogido, de servir de sede única del partido en la capital autonómica, ya que las escasas ubicaciones de distrito que quedaban fueron cerradas. En la práctica, tenían un valor más simbólico que real y suponían un coste de alquiler que el PP, en la oposición en la mayoría de instituciones y con una militancia a la baja, no podía asumir.
María José Català, entonces presidenta de la gestora, asumió como uno de sus principales retos orgánicos unificar esa presencia urbana en solamente un bajo, que buscó durante meses hasta que encontró el adecuado. Lo inauguró en la primera quincena de enero. No obstante, los meses que precedieron a esa fecha, sobre todo cuando el estado de alarma entró de lleno y la población se quedó confinada en los hogares, no permitieron al equipo de Catalá darle el uso social que quería.
En este inicio de otoño la situación ha variado. "Entra mucha gente a preguntar. Pasa, ve el cartel y se interesa por el proyecto, por lo que proponemos", explica a este diario María José Catalá, contenta de que la céntrica sede, a pie de calle, comience a dar uno de los principales frutos que buscaba: impulsar la marca PP en Valencia.
Los distritos tienen dividida durante unas horas, en días fijos a la semana, su utilización. Si necesitan más tiempo de uso, pueden solicitarlo y se les agenda si no está ocupada cuando lo piden. Los concejales se turnan por las tardes para atender directamente al público que pueda acudir, mientras afiliados voluntarios se ocupan de las tareas de organización.
Los distritos, como el activo Exposición, tratan de realizar actividades que no se limiten a la afiliación. Sí, la concejal María José Ferrer San Segundo ya ha intervenido, pero, junto a ella, se producen alocuciones de personas de diferentes entidades, o incluso actuaciones como la del citado Paco Escamilla.
El PP, con su sede en una planta baja, busca recuperar el pulso de la calle. Para ello la abrió desde el principio con un enorme escaparate que permite ver perfectamente qué ocurre en su interior. Al contrario que la principal de Compromís, por ejemplo, que también está en un bajo urbano, en la igualmente céntrica aunque menos transitada plaza del Pilar, y diseñada de manera que apenas permite captar la actividad de su interior. Por el contrario, el PP local ha colocado su sala de reuniones inmediatamente detrás del escaparate.
Ciudadanos concentra todas sus sedes en un primer piso de la calle San Vicente, mientras que Vox abrió recientemente su sede provincial en la calle Navellos, también en un primer piso. En ambos casos, como ocurre con las ubicaciones regionales de PP y PSOE, no quedan a la vista del viandante salvo que levante la mirada.
La del PP de Valencia, además de ser un auténtico expositor, muestra, escritos en su enorme cristalera, mensajes con su presencia en redes sociales. Esa apertura y la regulación de la utilización por parte de los distritos aplacó las críticas de algunos presidentes, ahora coordinadores, que no estaban muy a favor de la centralización.
"Realmente está sirviendo de proyección y, por la forma de organizarse, nos permite a los distritos realizar las actividades que queremos", señala un coordinador, que añade que, "por su diseño externo, quien anda por la calle se queda mirando. Y de ahí a entrar y preguntar queda un paso".