Una consellera de Compromís trata de desalojar a su secretario socialista

Que en los gobiernos de coalición suele haber roces es normal, pero lo que pasa en la conselleria de Agricultura roza lo surrealista o la vergüenza ajena si tenemos en cuenta que gestionan dinero de todos los valencianos. El mestizaje del que presume el Botànic -la mezcla de cargos de PSPV y Compromís en las consellerias- es un auténtico fracaso si nos atenemos a lo que sucede en el departamento que dirige Mireia Mollà.

El colmo fue la semana pasada cuando, aprovechando la ausencia del secretario autonómico de Agricultura, el socialista Francisco Rodríguez Mulero, el subsecretario Alfons Puncel, de Compromís, ordenó el desalojo del despacho del primero al personal de mantenimiento. El rifirrafe fue tal que hasta se utilizó la llave maestra para intentar acceder al despacho de Rodríguez Mulero -ya que su personal se negaba a darle las llaves al de mantenimiento-. Al final del día, en un clima de tensión absolutamente alto, se paró los intentos de Puncel de desahuciar de su despacho a Rodríguez Mulero -despacho que lleva ocupando cinco años-, según desvela Levante-EMV.

Este tipo de esperpentos protagonizados por Alfons Puncel, subsecretario de Agricultura, no son nada nuevos y están quemando la relación con los socialistas que consideran que “sobrepasa todos los límites como alto cargo y es un impresentable desde el punto de la ética y la educación, además de no cumplir desde el punto de vista de la educación”, según fuentes consultadas por ESDiarioCV.

Punce, recientemente, protagonizó otra polémica al aludir a la relación sentimental del presidente Puig con la consellera de Justicia Gabriela Bravo en una red social, acusando a la gente de esa conselleria de inútiles a los que se les consiente todo por esa relación. Esto le valió el calificativo de “descerebrado” por parte del síndic del PSPV, Manolo Mata.

Alfons Puncel, procedente de la rama de Iniciativa, la de Mónica Oltra, ya se hizo famoso la pasada legislatura -era subsecretario de Transparencia- cuando le pillaron espiando en la sede la Fundación del Tribunal de Arbitraje Laboral. Asimismo, fue condenado a 1.200 euros de multa por lanzar su bicicleta contra el capó de un coche tras una discusión de tráfico. Todo un ejemplo de educación y saber estar que Compromís sigue manteniendo con sueldo público.