El Ayuntamiento de Valencia veta el puesto de los Seguidores de la Virgen
Continúa el criterio arbitrario del Ayuntamiento, que niega la autorización a la Hermandad de Seguidores mientras permite celebraciones como la ‘feria del libro catalanista’.
Objetos que venden los Seguidores de la Virgen
Si uno paseaba por el centro de Valencia un sábado o domingo por la mañana, una de las estampas habituales era el puesto de la Hermandad de los Seguidores de la Virgen de los Desamparados que ponían junto a la puerta de los Apóstoles en la Catedral, para vender rosarios, pañuelos, tapices y otros objetos sobre la Mare de Déu. Pues esta imagen podría tener los días contados al vetar el Ayuntamiento que dirige Joan Ribó la presencia de este puesto en la Plaza de la Virgen.
Tal y como recoge el portal Vive las Fallas, la Hermandad de Seguidores de la Virgen lleva cuatro meses realizando trámites para la colocación de su puesto, solicitud que ha sido denegada por el Ayuntamiento. Los Seguidores achacan esta decisión a la “falta de sensibilidad, el talante y la nueva forma de gobernar del Ayuntamiento de Valencia junto con la incompetencia de sus responsables se ha manifestado de nuevo en el consistorio”.
Asimismo, la Hermandad de Seguidores recuerda que este puesto se lleva poniendo muchos años sin problema alguno y denuncia con imágenes un agravio comparativo con otras actividades que se han hecho en la Plaza de la Virgen y en el entono de la Catedral, cono la colocación de camiones publicitarios de Turismo Valencia o casetas de la Feria de Navidad.
La Hermandad también deja en evidencia que en su día, al aprobarse la ordenanza de ocupación de las vía pública -gobernando el PP-, Compromís aseguró que “no estamos nada de acuerdo con esta ordenanza, hacemos un llamamiento a la desobediencia civil” y ahora veta una mesa benéfica de venta de objetos religiosos que tiene un fin solidario y que colabora con asociaciones como la Fundación MAIDES y Cáritas.
De nueva queda en evidencia que el Gobierno de Compromís y el PSOE tiene un criterio totalmente arbitrario para aprobar unas actividades y ocupaciones de la vía pública y vetar otras, porque no pusieron ningún problema hace unas semanas cuando se montó toda la ‘Plaça del Llibre’ patrocinada por la Generalitat de Ctaluña y entidades catalanistas.