Embajada: Llegarán más inmigrantes, ¿qué haremos?
Los inmigrantes que llegarán aquí engañados en busca de una vida mejor sólo encontrarán la calle como hogar y la caridad como único sustento. Que no esperen nada de los políticos .
Parece sensato que si Canarias está sobresaturada de inmigrantes llegados en cayucos, se les disperse por otras Comunidades para que se les trate lo mejor posible. Lo inadmisible es que se haga de tapadillo, a hurtadillas, con nocturnidad, alevosía, mentiras y sin que previamente se hayan tomado medidas para que la Comunidad de destino pueda acogerles.
Es sabido que cuando Marruecos quiere algo, presiona facilitando la salida de inmigrantes desde sus costas. Es sabido también que detrás de todo esto hay mafias que se están forrando a costa de este drama humano. Cualquiera que se haya hecho alguna vez al mar sabe que uno de esos cayucos nadie se aleja de la costa porque la primera ola que le coja por la proa, le avisa de que sus probabilidades de sobrevivir son tendentes a cero. Hay buques que recogen a los inmigrantes a pocos metros de las costas marroquíes y los acercan a las de Canarias.
Son esos mismos buques a los que en su día Mónica Oltra les abrió los brazos de la ciudad. Tiene le desfachatez de decir que están ahí para salvar vidas humanas, pero es mentira porque ningún cayuco abarrotado de gente se haría a la mar, sin antes estar seguro de que alguno de esos buques les espera para hacer el largo de la travesía.
Donald Trump acaba de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara occidental. El Gobierno español, con su podemita vicepresidente a la cabeza, pondrán el grito en el cielo reivindicando los derechos del pueblo saharaui. Y es más que previsible que Marruecos contraataque llenando las costas españolas de inmigrantes ilegales. Europa se lavará las manos. Así es que tenemos un problemón en ciernes para el que deberíamos ir preparándonos.
Los mafiosos que trafican con inmigrantes estarán frotándose las manos. Las autoridades españolas, entre ellas las valencianas, deberían decir algo que vaya justo en la dirección contraria de lo que hicieron hace años, con aquella política suya de brazos abiertos, que sólo sirvió para provocar un efecto llamada que potencia a esas mafias. No lo harán porque prefieren que esa gente vague por las calles sin casa ni trabajo antes de que alguien pueda acusarles de hacer políticas de derechas.
Toda esta barbarie acabarán pagándola los más débiles, los inmigrantes que llegarán aquí engañados en busca de una vida mejor y sólo encontrarán la calle como hogar y la caridad como único sustento. Que no esperen nada de los políticos porque ya han demostrado que no no saben ni pueden atenderles como Dios manda.