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Embajada: Paco tiene que ir a chirona

Rita y Juan murieron siendo inocentes. Paco resiste.

Embajada: Paco tiene que ir a chirona

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Había que meter en la cárcel a Rita a Juan y a Paco. ¿Por qué?, eso ya se vería. El caso es que la Comunidad Valenciana, entonces gobernada por el PP, iba como un tiro. La crisis del 2008 todavía no había dado al traste con nuestro plan de convertirnos en el Miami europeo y las cosas iban tan bien que, si no nos paraban los pies, el PP se perpetuaría aquí en el poder. Es más, empezaba a oírse el runrún de que si Mariano Rajoy fallaba, Paco Camps podría sustituirle y quién sabe si llegaría a al Moncloa. Eso no podía permitirlo la izquierda ni el establishment madrileño del momento.

Empezaron a hablar de unos trajes, de unas naranjas regaladas, de irregularidades en la visita del Papa. Una cosa trajo la otra y en pocos meses, Valencia aparecía en el subconsciente colectivo español como una réplica del Chicago de los años veinte, en la que no había tiros, pero sí mafias que se estaban llevando el dinero a capazos. Hubo decenas de imputados que desfilaron por los tribunales bajo los focos mediáticos, previamente advertidos, para mayor escarnio de nuestros dirigentes políticos.

El tiempo ha pasado. La natura se llevó primero a Rita. El Covidi, a Juan. Ninguno de los dos llegó a ser juzgado ni condenado, por lo tanto murieron siendo inocentes. Ahora sólo queda Paco. Él tiene que acabar entre rejas, sea como sea tiene que ir chirona, porque si no, quedarán al descubierto las vergüenzas de un sistema judicial, fiscal y policial que actuó buscando un camino alternativo a las urnas para derrocar al PP.

Por eso, van ya siete causas contra él en las que ha salido absuelto. Pero la guerra continúa, siguen buscándole las cosquillas y él sigue aguantando un acoso inhumano que a estas alturas parece haber aprendido a sobrellevar con el orgullo de quien se sabe vencedor de la guerra.

Todos sospechamos que hubo corrupción, sobre todo en la última legislatura de Camps cuando, viéndose acosado por la bobada de los trajes, se vino abajo y dejó hacer a más de un desalmado. La ruina empezó a cebarse con esta Comunidad porque la crisis había acabado con su modelo económico y los jueces, fiscales y policías con el poder político.

Pero si alguien se llevó la pasta, no fueron aquellos a quienes apuntaron para derrocar un gobierno que había llevado a la Comunidad Valenciana a cotas de desarrollo sin parangón en nuestra historia reciente.

Rita y Juan murieron siendo inocentes. Paco resiste. Y quienes les arruinaron la vida cada noche dormirán más intranquilos, si tienen conciencia y vergüenza, cosa que cabe cuestionarse.